El ejército ruso anunció este domingo la toma de dos localidades en el este de Ucrania, donde lleva meses avanzando lenta pero constantemente: Yantarnée, en la región de Donetsk, y Kalinové, en Járkov. Mientras tanto, y tras una noche en la que Rusia lanzó 94 drones (60 de ellos derribados, según el parte ucraniano), el ejército del país invadido reconoció que se encuentra en una “situación de combate difícil” en la estratégica ciudad de Pokrovsk, donde las fuerzas rusas, que están a solo dos kilómetros de la localidad, han desencadenado en los últimos días intensos bombardeos que la han desconectado del mundo exterior.
Pokrovsk es un importante enlace logístico en la provincia de Donetsk, parcialmente ocupada por Rusia y uno de los grandes epicentros de la guerra de Ucrania en estos momentos. El responsable de la administración militar de la localidad, Serhii Dobryak, explicó a la televisión ucraniana 24tv que «la situación de seguridad empeora cada día» y que «la infraestructura crítica de la ciudad está prácticamente destruida».
Solo 7.000 personas
«No hay suministro estable de agua, ni de gas, ni de calor», avisó Dobryak. Tras las evacuaciones que comenzaron en septiembre del año pasado, ya solo quedan unas 7.000 personas en una ciudad que en 2022 albergaba a más de 60.000 habitantes.
Por su parte, Viktor Tregubov, portavoz del grupo operativo Jortisia (una de las principales formaciones del Ejército ucraniano) también confirmó serias dificultades en la zona. Pero, de momento, «la situación está controlada y estable», dijo.