El Gobierno de Estados Unidos se acerca a su cierre. La Cámara de Representantes ha rechazado la nueva propuesta del Partido Republicano para la financiación de la administración pública, respaldada por Donald Trump, un día después que el presidente electo y su aliado Elon Musk torpedearan un acuerdo bipartidista que habría evitado la parálisis de las operaciones federales. Si demócratas y republicanos no cierran un pacto antes del mediodía del sábado las agencias gubernamentales y sus funcionarios se quedarán sin el dinero que les permite funcionar.
La votación se ha saldado con 174 votos a favor y 235 en contra, menos de los dos tercios necesarios para la aprobación de la ley. El presidente de la Cámara, el conservador Mike Johnson, incluyó a última hora en el texto una cláusula que establecía la suspensión del límite de deuda durante dos años. Esa demanda había sido exigida por Trump, pero no prosperó debido al rechazo de los demócratas y de casi 40 republicanos.
El martes, Johnson y los líderes del Congreso estadounidense se habían alineado para aprobar un proyecto de ley de gasto que prorrogaba la financiación pública hasta el próximo 14 de marzo y que incluía más de 100.000 millones de dólares en ayudas para los supervivientes de desastres naturales y otros 10.000 millones en ayudas a los agricultores. El presidente Joe Biden se había mostrado favorable al acuerdo.
Torpedo de Trump y Musk
Aunque contaba con el apoyo de tanto republicanos como demócratas, algo poco habitual, la propuesta no gustó nada a Trump, que cargó duramente contra el «tonto e inepto» acuerdo negociado por Johnson, su aliado, y exigió añadir la suspensión del límite del endeudamiento. El presidente electo telefoneó a los legisladores para ponerlos de su parte e incluso amenazó públicamente al ‘speaker’. «Si actúa con decisión y dureza, y se deshace de todas las trampas tendidas por los demócratas, que destruirán económicamente nuestro país, seguirá siendo fácilmente presidente de la Cámara», dijo Trump en una entrevista con Fox News.
Musk también ayudó a sepultar la propuesta bipartidista, negociada durante meses por ambos partidos. El hombre más rico del mundo usó su red social, X (o Twitter), como megáfono político y publicó más de 150 mensajes contrarios a la ley, tachándola de «crimen demencial», amenazando con «expulsar» a cualquier republicano que votase a su favor y propagando información falsa en la que aseguraba que el proyecto contenía nueva ayuda económica para Ucrania. Pocas horas después, el proyecto de ley bipartidista se desmoronó. Según The New York Times, esta es la primera vez que Musk ha sido capaz de usar la plataforma «como un látigo digital para impulsar a los legisladores a apoyar el resultado que desea».
Cruce de acusaciones
Tras ese ejercicio de fuerza política de Trump y Musk, los demócratas cerraron la puerta a negociar con Johnson y tumbaron ayer su nueva propuesta. Varios congresistas, algunos también republicanos, han denunciado la interferencia del magnate tecnológico, no elegido democráticamente por los ciudadanos, en la elaboración de leyes. «Los republicanos están cumpliendo las órdenes de sus benefactores multimillonarios a expensas de los estadounidenses que trabajan duro», ha criticado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. «No se debe permitir que los multimillonarios dirijan nuestro Gobierno», ha añadido el senador progresista Bernie Sanders.
Los trumpistas han aprovechado la negativa de los demócratas a aprobar la ley de gasto que incluye las exigencias de su líder para culparles de que no haya un acuerdo que evite el cierre del Gobierno. El vicepresidente electo, J.D. Vance, incluso ha denunciado que se trata de una maniobra de los progresistas para evitar que Trump «tenga influencia en la negociación» durante su primer año del nuevo mandato, que comenzará el 20 de enero.
El cierre se acerca
El cierre del Gobierno estadounidense está cada vez más cerca. Si republicanos y demócratas no logran alcanzar un nuevo acuerdo antes del sábado servicios públicos cruciales quedarán paralizados y miles de empleados federales se quedarán sin cobrar justo antes de las fiestas de Navidad. No es la primera vez que sucedería. De hecho, EEUU ha vivido ya más de 20 cierres gubernamentales por cuestiones presupuestarias.
Aun así, The Washington Post apunta que, de darse, el cierre podría ser relativamente breve, pues el plazo para llegar a un acuerdo vence el sábado, en fin de semana, lo que daría a los legisladores tiempo hasta la noche del domingo para que el gobierno siga operando el lunes como si nada hubiese sucedido.