▲ El fenómeno denominado efecto Rayleigh, que colorea el atardecer de una intensa tonalidad carmesí, se produjo ayer en la Ciudad de México por segunda ocasión en la semana. Se genera cuando un haz de luz atraviesa la atmósfera, lo que hace que se separe y la energía se disperse. El término fue acuñado en honor a su descubridor, John William Strutt, conocido como Lord Rayleigh. Foto Marco Peláez