El pasado jueves se presentaba en Madrid la que es hasta la fecha la única candidatura a presidir la Real Federación Española de Fútbol. La de Juanma Morales, CEO del Grupo IFA, gigante de la alimentación, cargo que abandonará en diciembre, cuando espera estar al frente del órgano federativo, que celebra sus elecciones el próximo 16 de diciembre. «Somos la única propuesta, por el momento», respondía el candidato de ‘Pasión y Gestión’ cuando a pregunta de este medio se le consultó sobre la posibilidad de que el inhabilitado Pedro Rocha o perfiles similares encabezasen la lista de continuidad si consigue la apelación. Porque internamente, los barones de las Territoriales están agitando el tablero de ajedrez, donde Pablo Lozano, presidente de la Federación Andaluza, es la pieza más importante.
Tebas y la renovada relación con la Federación
Morales es un ‘outsider’, un perfil que, pese a su declarada pasión por el fútbol, procede de fuera del búnker que conforma una estructura que se retroalimenta. «No vamos contra las territoriales, queremos ir de su mano», se afanó en decir en su presentación, rodeado de perfiles importantes que integran su candidatura, como Luis Milla, exjugador del Real Madrid y FC Barcelona, pero lo más importante, exseleccionador sub-21, alguien, por tanto, conocedor de la estructura. A su lado, David Silva, campeón del mundo; además de Amanda Sampedro, en su día vocal en la junta directiva de la Asociación de Futbolistas Españoles, y Virginia Torrecilla, quien se retiró en el mes de enero.
Una propuesta tecnócrata, con visión empresarial y la meta de conseguir 100 millones extra de ingresos para el fútbol español. Pero que tiene su mayor enemigo en el sistema. Desde la candidatura son conscientes del reto que supone conseguir 21 avales de una estructura en la que están sus propios rivales. «Si los conseguimos, entonces le verán las orejas al lobo. Alguno piensa que acabamos de aparecer, pero llevamos más de un año de trabajo y somos conscientes de que hay una voluntad de cambio«, comentan desde el entorno de una candidatura exógena y cuyo perfil, de triunfar, provocaría una alteración del mapa de liderazgos.
Actualmente, en una RFEF sin una cabeza visible, la figura de Javier Tebas como embajador del fútbol español a través de LaLiga se ha reforzado y que triunfe un perfil como el de Pedro Rocha, Pablo Lozano o Salvador Gomar permitiría sostener los puentes que se construyeron tras la época de enfrentamiento con Luis Rubiales. El propio Tebas salió en defensa de Rocha tras la propuesta de inhabilitación del TAD: «No salgo de mi asombro». LaLiga se adhería esta semana al recurso del expresidente de la RFEF para dejar de ser investigado por el juzgado de instrucción número 4 de Majadahonda (Madrid).
Desde la candidatura de Morales se pretende romper con el pasado, como evidencia su deseo de limitar a ocho años los mandatos o que la Supercopa de España deje de jugarse en Arabia Saudí cuando se cumpla el contrato. Pero, de nuevo, eso supone ir contra un ‘establishment’ que no se modificará en exceso con las elecciones a la Asamblea General se celebrarán el lunes, 25 de noviembre de 2024, el prólogo de las presidenciales del lunes, 16 de diciembre.
Pablo Lozano, el barón andaluz al que todos esperan
En este contexto, el futurible presidente de la RFEF, en este momento, sigue estando dentro de la estructura. El nombre que más suena entre los barones, los presidentes de las territoriales del fútbol nacional, es el de Pablo Lozano (Pozoblanco, 1978). Este cordobés de 45 años tiene una carrera política muy ligada al PSOE, durante la que ejerció, entre otros cargos, los de teniente de alcalde del Ayuntamiento de Pozoblanco, secretario general de Juventudes Socialistas de Córdoba, presidente de Provicorsa (empresa pública de vivienda de Córdoba), miembro de la Comisión de Juventud y Deportes de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias (FAMP), miembro de la Comisión de Juventud de la FEMP y miembro de la Fundación Deportia.
En lo futbolístico, Lozano se afianzó como uno de los barones más poderosos al convertirse, el 29 de junio de 2022, en vicepresidente deportivo de las categorías inferiores de las selecciones nacionales masculinas de España. Un cargo que ha compatibilizado con otros como los de Vicepresidente y Responsable Femenino del Comité Nacional de Fútbol Sala de la RFEF y vocal de la Junta Directiva.
De los nueve vicepresidentes que tenía la Federación antes de que Luis Rubiales cesase a todos dejando solo al extremeño Pedro Rocha al mando, dos eran los favoritos para relevar al de Motril. Uno, el propio Rocha, expresidente de la Federación Extremeña, quien estuvo al frente de la gestora y llegó a ser proclamado presidente pese a estar investigado en la ‘Operación Brodie’ y expedientado por el TAD. No podrá presentarse a estas elecciones a la Federación salvo giro judicial inesperado de última hora en tanto prospere el recurso de apelación. Y el otro es Lozano, quien preside la Federación Andaluza de Fútbol desde 2019.
Lozano no es ningún desconocido para el mundo del fútbol, ya que en los últimos meses, en los que la Federación ha estado descabezada por la impugnación de Rocha como presidente, el andaluz ha sido el representante federativo en varios eventos de máximo nivel, como los Juegos Olímpicos de París, donde estuvo en la final en la que España se colgó el oro masculino ante la anfitriona Francia. Algunos ‘barones’ territoriales advierten que el andaluz está agazapado a la espera de que se produzca algún movimiento de otros presidentes autonómicos, y en este caso muchos de ellos señalan al valenciano Salvador Gomar, que en febrero confirmó su idea de postularse como candidato a la RFEF.
El valenciano, que será presidente de su federación territorial hasta 2026 y que ahora trabaja para recuperar todos los daños provocados por la DANA, es el único que se ha pronunciado públicamente al respecto. De hecho, Juanma Morales, el único candidato que hasta ahora se ha postulado en la carrera electoral, citó a Gomar en su discurso, ofreciéndole su apoyo en la reconstrucción del fútbol valenciano. Sin embargo, los días pasan y no hay noticias de su posible candidatura ni de la de Lozano, que libran una partida de ajedrez para conseguir los 21 avales necesarios para constituir una candidatura solvente que tenga opciones reales de ser elegida por la asamblea.