Carlo Ancelotti no se caracteriza por andarse con rodeos, ni cuando gana ni muchos menos cuando las cosas no van bien. Y este viernes, a horas de medirse a Osasuna en el Santiago Bernabéu (sábado 14:00 horas), el técnico italiano ofreció su particular diagnóstico sobre el mal que aqueja a este Real Madrid, la debilidad defensiva. Carletto fue muy explícito a la hora de dar las soluciones para frenar esa sangría: “Sacrificio, concentración y trabajo colectivo. Lo he dicho muchas veces y lo repito. Sacrificio para ser un equipo compacto, concentración para tomar decisiones correctas, como si debo marcar o dar una cobertura; y trabajo colectivo porque, si defiendes como un equipo compacto, se vio el año pasado que podemos hacer algo fantástico. La llave es ser un equipo compacto. No importa si con bloque alto o bajo, la base es ser compactos”.
La paciencia de Carletto
Tres aspectos que tienen más que ver con la actitud de los futbolistas que con las directrices tácticas que el de Reggiolo pueda ofrecer desde la pizarra. Ancelotti ha dejado la pelota en el tejado de los jugadores, que ahora, ante su público y frente a un equipo correoso como Osasuna, deben demostrar el compromiso defensivo que no han mostrado hasta ahora en este inicio de temporada.
Carlo nunca ha señalado al vestuario, al que siempre ha protegido asumiendo las culpas de los reveses que ha sufrido. Pero en esta racha de derrotas ha ido mandando mensajes desde la sala de prensa a sus jugadores, como el que envío después de caer en Lille en la primera derrota de la temporada: “La tristeza llega por la sensación que deja el equipo. Es deporte y se puede perder, pero no hemos dado una buena imagen. Eso es lo que más me preocupa, pero tenemos todos los recursos para aprender de esta derrota y hacerlo mejor. Ojalá esta derrota pueda ser un golpe de atención fantástico”.
El día de la goleada ante el Barcelona (0-4) prefirió ver el vaso medio lleno: “No hay que tirar todo a la basura, hemos arriesgado la última media hora y nos ha salido mal. La temporada es muy larga y no hay que bajar los brazos. Es fundamental hacer autocrítica para aprender de esta derrota. La última vez que ganó el Barça aquí (0-4), ganamos Liga y Champions. Esta derrota ha sido distinta a la que sufrimos en Lille porque aquella fue sin competir y jugando mal”.
Esta vez, tras caer en casa ante el Milan dando una pobrísima imagen, el italiano ha enviado un mensaje claro al vestuario sobre la actitud defensiva de los jugadores. Carletto ha recibido críticas y ha sido puesto en cuestión por medios afines al club y cercanos a Florentino Pérez. Medios que tienen hilo directo con el presidente y que se hacen eco de las críticas de los dirigentes madridistas. Sin embargo, el técnico a estas alturas de su carrera y después de tantos años en el club está muy tranquilo.
El diagnóstico en verano
El pasado verano Ancelotti ya advirtió a los dirigentes deportivos que la plantilla estaba descompensada, señalando la falta de jugadores de perfil específicamente defensivo y, con la llegada de Mbappé, el overbooking de estrellas en ataque que no cabían en el once a la hora de equilibrar el equipo. El Real Madrid se movió para cerrar la llegada del central Leny Yoro y del lateral Alphonso Davies, pero el primero se marchó al Manchester United, después de que los ingleses rompieran el mercado pagando 70 millones de euros por él, y el segundo pospuso su llegada para el próximo verano, tras concluir su vínculo con un Bayern que no ha accedido en ningún momento a abrirle la puerta de salida. Así que Carletto se quedó sin refuerzos atrás y vio cómo la nómina de ‘cromos’ en ataque aumentaba con la llegada de Mbappé y de Endrick.
Hoy el Real Madrid es un equipo que sangra por tres heridas. El lateral derecho en el que la baja de Dani Carvajal ha sido parcheada por un voluntarioso Lucas Vázquez que no tiene jerarquía defensiva, la falta de un organizador del juego que interprete lo que exige cada partido tras la marcha de Toni Kroos, y la inadaptación de Kylian Mbappé en ataque.
Ancelotti está tratando de apagar los fuegos con los recursos que le quedan en la plantilla. Lucas es, de momento, la alternativa a Carvajal. Pero el técnico ya valora colocar a Militao en el carril derecho en partidos de máxima exigencia retrasando a un Tchouameni al que el mediocampo se le ha hecho grande. Se da la circunstancia de que el pivote francés estará de baja un mes, lo que le impide rearmar la defensa con ese recurso, ya que solo tiene dos centrales utilizables en la plantilla: Rudiger y Militao.
La pereza de Vinicius y Mbappé
Si atrás la contrariedad es notable, adelante el problema, más allá de la incompatibilidad de Vinicius y Mbappé porque juegan en la posición, es que ninguno de los dos se sacrifica en defensa. Y sin primera cortina que presione, como lo hacían el año pasado Rodrygo o Bellingham liberando a Vinicius, el Madrid ya está en inferioridad en todas las zonas del campo. Kylian ha demostrado el mismo desahogo defensivo que el brasileño, algo que explotan los rivales. El Milan, sin ir más lejos, conscientes de ello sumó además a Morata entre líneas para generar superioridad en el mediocampo, donde Tchouameni estaba desbordado, Modric no aguanta el ritmo por una cuestión de edad, Bellingham se desfonda ayudando atrás y teniendo que llegar arriba, y Valverde se ve solo para sujetar todo el centro del campo. Todos condenados por la pereza de Vinicius y Mbappé.
Bellingham se ha sacrificado para ayudar al equipo asumiendo roles que le penalizan individualmente. Es el segundo jugador del Real Madrid que más corre, por detrás de Valverde y por delante de toda la defensa. Pero como decía Thierry Henry: “No puedes ganar partidos con tu 10 (por el inglés) rompiendo en velocidad, regresando para tratar de defender y siendo quien tiene que llegar al área luego para marcar los goles”. Lo que explica que aún no haya marcado un solo gol. Y encima se lo agradecen sustituyéndole, como ocurrió el martes ante el Milan, provocando un enfado monumental del inglés.
Ancelotti ya advirtió tras esa derrota ante los ‘rossoneri’ que “puede haber algunas soluciones en detalles tácticos, pero sin no me volveré loco haciendo cambios”. Carlo no señalará a ningún jugador, porque no es su estilo, por eso ha preferido mandar un aviso al grupo advirtiendo que la solución es “sacrificio, concentración y trabajo colectivo”. Algo que hasta ahora no ha habido en el Real Madrid esta temporada.