Lo que 24 horas antes parecía imposible se convirtió en realidad en París. Rodrigo Hernández es desde este lunes el segundo jugador español en conquistar el Balón de Oro. Su gran año (otro más) en el Manchester City y la coronación en la Eurocopa de Alemania, donde fue además nombrado el mejor jugador del torneo, han decantado la balanza a su favor en detrimento de un Vinicius que estaba en todas las quinielas como el gran favorito.
Sucede de esta forma Rodri a Leo Messi. Y en lo que respecta al fútbol español, recoge el testigo de un Luis Suárez que conquistó el gran galardón individual del fútbol hace ya 64 años. Y, de alguna manera, sana en cierta medida la herida abierta de tantos futbolistas nacionales que rozaron con los dedos un galardón esquivo históricamente para nuestro fútbol.
Su versión más goleadora con el City
Lo ha conseguido Rodri gracias a un año excelso en una posición, la del mediocentro posicional, que no suele acaparar los focos. Siendo, sin lugar a dudad, la pieza sobre la que orbitó el juego tanto del City como de la selección española que conquistó la Eurocopa con un fútbol preciosista. Y además, aportando en otras funciones que no solían ser tan habituales en él.
Porque solo en la Premier League, la quinta del City en los últimos seis años, marcó 8 goles y dio 9 asistencias. Solo falló en cuatro partidos, por sanción, y casualmente coincidió con la mala racha de los de Guardiola. También sumó a la cuenta el Mundial de Clubes, el primero en historia del club. Y en la Supercopa de Europa ante el Sevilla dio el pase del único tanto de su equipo.
No pudo, sin embargo, cerrar la temporada de clubes con la guinda Champions League, donde los ‘sky blues’ cayeron eliminados ante el Real Madrid en unos cuartos de final dramáticos. En la tanda de penaltis, los blancos dejaron a Rodri sin el sueño de conseguir su segunda Copa de Europa consecutiva. Eso sí, también destacó en la máxima competición europea, con un gol y tres asistencias.
El mejor de la Eurocopa
Se desquitó Rodri en la fecha más esperada del año. Fundamental, capitán y titular indiscutible para Luis de la Fuente, brilló sobremanera en la Eurocopa, donde España conquistó su cuarta corona y el madrileño fue nombrado el mejor jugador del torneo.
En esta cita continental, marcó un único tanto, el que suponía el empate ante Georgia en octavos de final, encuentro que a la postre terminaría 4-1. Y fue el eje absoluto sobre el que pivotó el juego de una selección que enamoró al planeta fútbol.
Con el estatus de campeón de Europa llegó al inicio de una nueva temporada, que nada más iniciar se truncó con una inoportuna lesión del ligamento cruzado que le dejó en el dique seco para lo que resta de campaña. Una desgracia que no ha impedido que este lunes, en París, el mundo del fútbol se haya rendido a su figura.