No anda el Espanyol sobrado de delanteros goleadores en Primera. Más bien al contrario. El equipo perico, que este fin de semana cayó a puestos de descenso después de aplazarse su duelo contra el Valencia, sufre para batir a los porteros rivales. Su último gran artillero dejó el club este pasado verano después de proclamarse pichichi de Segunda, un galardón que Martin Braihwaite recogió este lunes en la gala del diario ‘Marca’ en Madrid.
«Fue una temporada muy dura, pero lo más importante es que subimos. Estuve muy contento esa campaña. Ahora sigo mirando los partidos. El Espanyol siempre estará en mi corazón. Tuve una relación especial con el club y la afición», reflexionó el punta danés, que suma 6 goles en 13 partidos con el Gremio en la Serie A de Brasil. Su equipo ocupa la 12ª posición de un campeonato que lidera el Botafogo.
Entregado por sus padres
Braithwaite sumó 22 goles el curso pasado en el cuadro blanquiazul, que acabó logrando el ascenso, aunque el héroe del duelo final ante el Oviedo fue Puado. El danés, de 33 años, vivió este lunes una jornada emotiva, ya que recogió el premio de manos de dos seres muy queridos. «Tengo mucha suerte de tener estos padres, la familia para mí es muy importante», remarcó el escandinavo en Las Rozas.
Sus padres acudieron a la cita desde Dinamarca, algo que emocionó al delantero, que viajó a Madrid desde Brasil. «De pequeño siempre estaban conmigo, me llevaban a todos los torneos… Siempre tuve el sueño de jugar en España, para mí era la Liga más importante del mundo y el mejor lugar para vivir. Lo echo de menos, pero era el momento de cambiar de aires y vivir algo diferente», agregó Braithwaite, que se acordó también de sus excompañeros del Espanyol, el staff y la afición perica.