Sábado, martes, sábado, martes, sábado. Cinco partidos, cinco rivales (Celta, Brest, Las Palmas, Mallorca y Betis) aguardan al Barça en 15 días. Elegir bien al sustituto de Lamine Yamal, la lesión del joven extremo, el estado de Frenkie de Jong, la evolución de Eric Garcia y Ferran Torres, de vuelta al grupo, el retorno de Ronald Araujo este domingo a la actividad, el progreso de Andreas Christensen…
La actualidad, el hoy, se agolpa sobre la cabeza de Hansi Flick en el regreso del Barça a la competición tras el asueto de las selecciones y que esta vez no ha causado perjuicios de lesiones. Demasiadas cosas para pensar en un futuro duradero.
La historia de Flick en el club azulgrana apenas ha comenzado (¿se data en mayo, cuando firmó?, ¿desde junio, al tomar posesión de su despacho?, ¿o en julio, con el primer entrenamiento de pretemporada?), sin tiempo para levantar la cabeza y ponerse a pensar cuánto tiempo permanecerá en el Barça. El contador suma meses, ni siquiera un año. El contrato que firmó es de dos temporadas.
Enfrente, es un decir, se avista la figura de Pep Guardiola, leyenda del Barça, que acaba de firmar su renovación por el Manchester City y que alargará su permanencia en cl club celeste hasta la década (2016-2026), con una temporada más opcional. Flick no se ve diez años como entrenador en el Barça. No se ve ni se lo imagina, porque no figura entre sus planes extender su estancia a una cota tan estratosférica en el mundo del fútbol, utópica en el volcánico club azulgrana.
Ni Cruyff ni Guardiola
El récord de duración pertenece a Johan Cruyff, que se sentó en el banquillo eléctrico ocho campañas (1988-1996) menos una semana. Lo ganó todo y lo aguantó todo, hasta que Josep Lluís Núñez le despidió porque le montó la última escena a Joan Gaspart, entonces vicepresidente, después de que el club filtrara que Bobby Robson sería el sustituto del neerlandés.
«Tengo cuatro nietos y espero pasar más tiempo con ellos», dijo Flick de una hipotética pervivencia similar en el Barça. Podría disfrutar más de su condición de abuelo si ellos, con sus madres, Kathrin y Hannah, que son las hijas de Flick, se trasladaran a Barcelona.
A la dificultad de hacer previsiones a largo plazo y su edad (cumplirá 60 en febrero), se une una mucho mayor: aguantarlos en el Barça. Sería un récord histórico. Ni Guardiola resistió más de cuatro campañas, las más gloriosas de la entidad (2008-12) con una extraordinaria concentración de títulos (14), entre ellos tres Ligas, dos Champions League y dos Mundiales de Clubs.
Un desafío tras dos derrotas
En el cuarto mes de competición, Flick se enfrenta a lo que se erige como un desafío: ganar sin Lamine Yamal. El Barça comenzó dos partidos sin su brillante extremo de titular y los perdió ambos: en la visita a Osasuna (4-2) –jugó la última media hora– y a la Real Sociedad (1-0), ya lesionado, en el último partido antes del parón.
«Veremos cuándo estará a punto, lo importante es que cuando vuelva esté al cien por cien», dijo Flick, que iba a plantear al resto de la plantilla si era «un reto» ganar sin Lamine Yamal. No tiene decidido quién le sustituirá; en las anteriores ocasiones fueron Ferran y Fermín, respectivamente. «Tenemos jugadores que pueden jugar en esa posición», divagó antes de citar varios nombres.