Aún recuerdo aquellas asambleas de socios compromisarios del FC Barcelona de antaño en las que el tema estrella solía ser la queja de muchos compromisarios porque “nunca hay papel de water en los lavabos del ‘estadi’”. Y la respuesta oficial (del club) siempre era la misma: ¿cómo que no?, si cada domingo compramos un camión de papel higiénico. Ya ven, las mordidas vienen de antiguo.
Pero amigos, socios, compromisarios, lo de ahora ya no va de papel higiénico. Lo de ahora va de la supervivencia del Barça, de salvar al ‘mès que un club’, de poner firmes a la gente que está gobernando la entidad perdiendo cientos y cientos de millones de euros, de frenar, de evitar que la entidad acabe en manos de los ‘hombres de negro’ de Goldman Sachs, uno de los que más dinero nos ha prestado, para vendérselo, luego, a un fondo de inversiones, a algún amigo de Dubai del presidente Joan Laporta, a un jeque de Catar o al chino más rico de todos, que debe haber un montón.
Vetado clandestinamente
La asamblea del sábado va de esto. Los 3.622 compromisarios que deberían participar el sábado en el akelarre culé, censurado, cerrado, vetado clandestinamente por la directiva de Laporta, deberían ser conscientes de lo que hay en juego. Ellos y solo ellos pueden frenar el mayor engaño, denunciado este año ¡por fin! por la auditora Grant Thornton, tras un año de ‘parrafos de énfasis’, con un montón de salvedades y ‘excepto por…’
Compromisarios viene de comprometerse, de compromiso. Ellos, los 3.622 escogidos por sorteo, son, sí, el 2,5% del censo, pero tienen la fuerza de demostrar que al ‘soci’ no se le puede engañar (más). Votan en representación de 143.086 socios, que se creen dueños del club. Vaya. El año pasado, todo, todo, se decidió porque lo quisieron 326 socios. 326 socios decidieron por 143.086 dueños. Otro fraude. Y vamos camino del mayor de todos.
Todo lo que está haciendo Laporta en las últimas semanas, desde decidir la asamblea telemática a poner en marcha el bulo de que fichará a Erling Haaland, comprado por los mismos que vendieron que Nico Williams ya había firmado en Zaragoza, terminando por la cita con la prensa económica, del pasado viernes, a la que le vendió que hay un montón de socios listos para firmar por Barça Visión, Barça Media, Barça Studios y hasta por Bridgeurg Invest SL, que es el último nombre que se han inventado, pasando por esa carroza repleta de oro de los Reyes Nike, que ya está llegando), es para tapar las peores cuentas de los últimos 14 años.
Laporta, primera parte
Por vez primera en los últimos 14 años, la auditoria del FCBarcelona presenta un montón de salvedades, ‘excepto por…’, después de ‘párrafos de énfasis’. Hace 14 años, en 2010, fue curiosamente (o no) el propio Laporta quien formuló unas cuentas que el auditor de entonces, Deloitte, una de las ‘Big Four’, calificó con un montón de salvedades y ‘excepto por…’ Sandro Rosell no las aceptó, las reformuló y Deloitte volvió a emitir su opinión, esta vez con una única salvedad técnica por la incertidumbre relativa a un saldo a cobrar (13 millones de euros) de Mediapro, que, justo en junio de 2022, se declaró en concurso de acreedores.
Tradicionalmente, los compromisarios han tragado con todo lo que les proponía la presidencia y solo protestaban porque no había papel de water en los lavabos del ‘estadi’. Ahora, esto no va de papel higiénico, va de la supervivencia del club, de que no caiga en manos de Goldman Sachs, el prestamista
Ninguna empresa española podría presentar unas cuentas y una auditoria así ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, pues se la devolverían de inmediato, exigiendo que reformulasen los números y las volviesen a presentar. Los compromisarios, sepan o no de números, no pueden mirar hacia otro lado. Les están engañando. Y ahora sí lo saben. Lo dice el auditor. Los mismos señores que no tenían con qué avalar para ser directivos, los mismos señores que aceptaron 350.000 euros de ISL, un proveedor, para hacer frente a los intereses de ese aval, los mismos señores que están estudiando la posibilidad de cobrar por ser directivos (aunque lo nieguen, lo dijo el secretario Josep Cubells), son los que, el sábado, les dirán que son líderes, que van a ganar la Liga y la Champions y que, en el nuevo Spotify Camp Nou, sobrará el papel higiénico.
Compromisario viene de comprometerse a defender que el Barça siga siendo de los socios. Todo el mundo da por supuesto que la asamblea del sábado acabará con Laporta quitándole el micro a Cubells y al tesorero Ferran Olivé, echándole ‘pit i collons’, diciendo que “Madrid nos quiere desaparecidos”, fardando de liderato, de que Hansi Flick no busca excusas (como Xavi Hernández) y que los catastrofistas, ahora ya liderados por la auditora Grant Thornton, los quieren hundir.
No digan que no les avisamos. Esas cuentas deberían regresar al toril y ser reformuladas. Cierto, eso jamás ha ocurrido. Verdad. Pero es que jamás el Barça estuvo tan en peligro como lo estará este sábado. En la nube.
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