Pablo Picasso tenía 13 años cuando su familia llegó el 21 de septiembre de 1895 a Barcelona, donde su padre, José Ruiz y Blasco, había sido contratado para trabajar como profesor de dibujo en la Escuela de la Llotja. Los Ruiz Picasso pasaron los primeros días en la ciudad en una pensión del paseo de Isabel II, en las casas de los Porxos d’en Xifré, y enseguida se instalaron en un piso situado a pocos metros, en la esquina de las calles Reina Cristina y Llauder, donde ahora hay una ostrería. Los primeros años de formación artística de Picasso transcurrieron, pues, entre el Pla de Palau y el Port Vell, un espacio que aparece representado en algunos de sus dibujos y pinturas y que estos días, en el marco del programa de actividades de la Regata Cultural de la Copa América, acoge una exposición urbana que reivindica el estrecho vínculo entre el genio malagueño y el frente marítimo barcelonés.