Cuando juegas para empatar, ganar es un triunfo. El Atlético saltó al césped de París a sumar un empate y se llevó un triunfo en el último segundo. Tres puntos en el Parque de los Príncipes que son un tesoro para los rojiblancos, que se meten en los puestos que les aseguran seguir jugando en la Champions al finalizar la primera fase. Simeone llenó la pizarra de trampas y el PSG no supo sortear el campo de minas para desesperación de Luis Enrique.
Doce minutos duró la solvencia atlética en París. El tiempo que tardaron en comenzar a aparecer los errores no forzados rojiblancos, lo que desató a un PSG que dominaba esperando el resbalón de los de Simeone. La primera pérdida la regaló Barrios, pero Oblak detuvo el disparo final de Barcola. La segunda llegó tras un error clamoroso de Lenglet dentro del área que dejó a Zaire-Emery ante el esloveno, al que tumbó con un amago antes de batirle picando el balón. Un gol que tiraba por tierra el planteamiento del Cholo, que había pertrechado a los suyos atrás dejando arriba a Julián con Griezmann y Giuliano Simeone.
Nahuel responde rápido
Sin embargo, los atléticos no bajaron los brazos y se marcharon al área rival donde Nuno Neves cometió otro error grosero para compensar, lo que permitió a Nahuel Molina empatar fusilando a Donnarumma. Cuatro minutos transcurrieron entre los dos tantos, por lo que no dio tiempo al Atlético a desfigurarse defensivamente ante un PSG eléctrico por banda con Dembelé y Barcola, pero con la extraña apuesta de Marco Asensio como falso 9. Una decisión controvertida de Luis Enrique que desubicó al balear y dio tranquilidad a los de Simeone en el resto de la primera parte porque el PSG era demasiado horizontal y no hacía trabajar más a Oblak. Pese a que el rival monopolizaba el balón (77%), el planteamiento ultradefensivo del Atlético sacaba rédito al descanso.
La segunda parte comenzó con el Atlético sujetando bien al PSG. Ni Javi Galán ni Molina concedían espacios a Dembelé y Barcola para pensar y encarar, que se iban desesperando con el paso de los minutos. Y sin un 9 de área, los parisinos se desdibujaban al no encontrar formas para desactivar el entramado rojiblanco. El partido entraba en la hora de juego con Simeone viviendo de forma plácida el duelo, algo que no estaba en los planes.
Urgencias locales
El Cholo metió pulmones con Koke, Rodrigo y Reinildo por un Javi Galán inmaculado en su labor de anular al ‘Mosquito’, un laborioso Giuliano y el De Paul intrascendente de siempre. El único borrón de los colchoneros es que no pisaban el área local para atemorizar a los de Luis Enrique, que para entonces se desgañitaba en la banda con los suyos. Las urgencias parisinas abrieron el partido y el Atlético se encontró con espacios que no terminaba de convertir en ocasiones. Enfrente Barcola avisó con una jugada en la que desarboló a Nahuel con enorme facilidad. Simeone pedía a Koke congelar el choque cuando Lucho echó mano de Fabián, Kan Ing Lee y Kolo Muani.
El dominio local se convirtió en asedio en los minutos finales. Abrazados a la épica los parisinos acularon a los atléticos, que sin Julián Álvarez (le suplió Correa), se quedaron sin un punta con velocidad para buscar los espacios. No terminaban jugadas los de Simeone y eso animaba al PSG a empujar cada vez más. Achraf perdonó la vida al Atlético en una jugada en la que ganó la línea de fondo, pero no levantó la cabeza. Por momentos los colchoneros sufrían más de la cuenta metidos en su área. Los minutos finales fueron agónicos porque al Atlético no le duraba el balón en los pies y eso aumentaba la sensación de sometimiento. Pero en la última jugada los del Metropolitano vieron como una contra fue rematada a la red por Correa. Victoria de postín del Atlético en un duelo en el que la fe les llevó a ganar un partido que debieron empatar y pudieron perder.