Los parones por las selecciones me sientan cada vez peor. Es una cadena de consecuencias lógicas. Como disminuye la densidad de partidos de fútbol, tengo más tiempo para pensar, y como tengo más tiempo para pensar, pues mira.
Estos días se está hablando mucho de Gladiator 2, una película que supone un cambio de paradigma. No en el cine, sino en el fútbol. Porque hasta hace poco existían dos tipos de futbolistas: aquellos cuya película favorita era Gladiator (el 99,9%) y aquellos cuya película favorita era Torrente (Dani Güiza). Ahora, con Güiza alejado de la élite y con el estreno de Gladiator 2, el fútbol afronta una interesante disyuntiva. Ahora hay dos, ahora qué: un nuevo orden mundial. Podría resolverse al estilo Mario Rosas.
Recuerdo que una vez, cuando Mario jugaba en el Castellón y yo empezaba en este oficio, me concedió una entrevista. Al final, en un test supuestamente fresquito, le pregunté por su libro favorito y me contestó «cualquiera de Paulo Coelho» con una extraordinaria media sonrisa. Durante un tiempo contesté «cualquiera de Paulo Coelho» en casi cualquier circunstancia de la vida, fracasando en el intento de réplica de esa media sonrisa, y esto nos lleva otra vez al lastre que supone en mí lo de tener demasiado tiempo libre.
El caso es que abogo por que a partir de ahora los futbolistas contesten «cualquiera de Gladiator» cuando les pregunten por su película favorita. Problema resuelto. Que practiquen la media sonrisa.
Los problemas de La Fábrica
Durante estos días, también se ha hablado de los problemas del Real Madrid para sacar provecho a su cantera, máxime en el contraste con la etapa dorada que vive el Barça con La Masia. Por supuesto, también he pensado en esto.
Así, diría que el primer mandamiento de La Fábrica debería ser el visionado obligatorio de las películas de Gladiator, porque igual están fallando en eso. Es más, voy a preguntar en el equipo de mi hijo, no vaya a ser que pretendan que alguno llegue a ser futbolista si no ha visto Gladiator todavía. El visionado debería unirse a la serie de tareas pendientes en todos los campus de fútbol. Porque mi hijo ha ido a unos cuantos y en ninguno le han enseñado a bajar del bus con los auriculares puestos, o a llevar el neceser bajo el brazo y un cacharro de mate en la otra mano, habilidades imprescindibles para jugar a fútbol y ganarte la vida.
Si esto de ver Gladiator, por lo que sea, no soluciona la escasa promoción de canteranos al primer equipo, el Madrid podría apostar por una idea más agresiva, que tiene sus aristas pero la cuento de manera sencilla: enviar a un emisario (Butragueño, quizá) a todos los hospitales del país para adquirir los derechos federativos de los recién nacidos en sus primeras horas de vida. Si al año nacen unos 160.000 varones, y pagas 100 euros por cada uno, sale baratísimo, a no ser que te encuentres a los típicos padres con principios.
En ese caso, el Madrid podría estudiar un salto a la política con un único objetivo: manejar la mayoría suficiente para emitir un decreto por el cual todos los niños de España, al nacer, pertenezcan al Real Madrid. Ahorras papeleos y trámites, encima. Muy mal se tendría que dar el asunto para no competir con La Masia.
Creo que la selección no volverá a jugar hasta marzo. Unos meses sin tiempo para pensar. Un respiro en esta esquina.