Hace unos días, el 20 de noviembre, Jonás Ramalho recordaba en su cuenta de X que se cumplían 13 años de su debut con jugador del Athletic. En apariencia un debut más, de los cientos y cientos que ha habido en la historia del club rojiblanco, de un jugador que, además, apenas se puso esa camiseta otras 12 veces. En realidad, mucho más.
Aquel 20 de noviembre de 2011, Ramalho hizo historia sin pretenderlo al convertirse en el primer jugador negro (al menos, del que se tenga constancia) que disputaba un partido oficial con el Athletic. Un hito que era consecuencia de las muchas décadas de vigencia de la llamada ‘filosofía’, por la que solo los nacidos y formados deportivamente en Euskal Herria (Euskadi, Navarra y el País Vasco-Francés) pueden vestir la camiseta del club bilbaíno.
La eclosión de Iñaki Williams
Menos de cuatro años más tarde, el 5 de marzo de 2015, el Athletic conseguía la que es hasta hoy su última victoria liguera contra el Real Madrid. Fue en San Mamés, el escenario del duelo de este miércoles (21.00 horas) adelantado por la disputa de la Supercopa. En aquel equipo, un joven y delgaducho Iñaki Williams vivía su eclosión. Y, con ella, la de la definitiva confirmación de que algo había cambiado.
No tanto en el Athletic, al fin y al cabo un espejo de su tiempo, como en el conjunto de la sociedad vasca y española. La presencia de jugadores negros en el club bilbaíno no es sino la constatación de que Euskadi y España son ahora más plurales y diversas de lo que lo eran, fruto de la inmigración, y llevan implícito el mensaje de una creciente igualdad de oportunidades para quienes llegaron de otros lugares del mundo o son hijos de ellos.
Hoy, este Athletic que como en 2015 entrena Ernesto Valverde buscará poner freno a una década de sequía liguera frente a este Real Madrid que como entonces entrena Carlo Ancelotti con cuatro jugadores negros en su plantilla. El pionero Iñaki Williams es hoy segundo capitán del equipo, tras el incombustible Óscar de Marcos. Su hermano Nico es la gran estrella del equipo, campeón de Europa, 15º en el Balón de Oro y objeto de deseo de grandes clubes de Europa.
Álvaro Djaló y Adama Boiro
Junto a ellos, desde este verano, Álvaro Djaló y Adama Boiro. El primero de ellos nació en Madrid hace 25 años y siendo muy pequeño se mudó a Bilbao con una familia de acogida, donde comenzó a jugar a fútbol. Tras siete años creciendo primero y despuntando después en el fútbol portugués, el Athletic se decidió a pagar 15 millones de euros al Sporting de Braga por sus servicios, en un fichaje apalabrado en invierno y ejecutado este verano.
Adama Boiro es el único de los cuatro líderes del ‘Black Power’ del Athletic que no nació en España. Lo hizo en Dakar, la capital de Senegal, antes de emigrar con su familia a Pamplona cuando tenía cuatro años. Se formó en la cantera de Osasuna hasta que, el pasado mes de enero, el Athletic pagó los dos millones de euros de su cláusula de rescisión. Con 22 años, está llamado a ser el relevo de Yuri Berchiche (también hijo de la inmigración) en el lateral izquierdo y hace una semana se estrenó como goleador, frente al Elfsborg sueco en la Europa League.
A ellos se puede sumar también a Malcolm Adu Ares, extremo bilbaíno, primo de Djaló, y cedido en el Real Zaragoza esta temporada tras dos temporadas en las que ha sido un jugador de rotación, de escasa participación, para Ernesto Valverde.
«Un once entero de negros»
«Mi caso ha sido muy visible no solo en Euskadi sino también a nivel nacional. Parecía que un negro no podía jugar en el Athletic, pero ese prejuicio se ha ido borrando», decía hace unos meses el mayor de Williams, quizá ya el jugador más importante del club en este siglo. Aritz Aduriz quizá pueda competir con él en el plano estrictamente deportivo, pero su vertiente social inclina claramente la balanza hacia el internacional ghanés.
«Siempre les vacilo a los compañeros con que para 2025 vamos a ser un once entero de negros«, dijo entre risas el delantero hace unos meses, en declaraciones a ‘As’. Una exageración, claro, pero con cierto sustento de verdad. Bita y Oyono esperan su oportunidad en el primer filial, el Bilbao Athletic. Otros muchos lo hacen en las categorías inferiores. Un síntoma de naturalidad y de unos nuevos tiempos en los que un debut como el de Jonás Ramalho ha dejado de ser noticia para el Athletic. Ya solo es uno más, como los cientos y cientos que ha habido en la historia del club rojiblanco.