El Barça va a construir una residencia para los jugadores del primer equipo en la ciudad deportiva de Sant Joan Despí. El proyecto está aprobado y es de inminente ejecución en cuanto haya una partida presupuestaria que lo permita.
El foco sigue dirigido hacia las obras del Spotify Camp Nou para que el equipo regrese a su casa lo más pronto posible y vuelva a sentirse cómodo en el hábitat que siempre ha conocido, y la junta pueda arrancar la máquina recaudatoria que será el nuevo estadio para sanear las cuentas de la entidad. Pero la voluntad de emprender de esta inversión está ya decidida en algunos niveles de la entidad.
El proyecto tiene un presupuesto inicial de 6 millones de euros. El club pretende que la inversión no le cueste nada y sea financiada mediante patrocinio. Será un gasto menor en comparación con el volumen que supone el Espai Barça. En la edificación de esta residencia, también va el Barça con retraso si se compara con clubs análogos a su categoría.
Un hotel propio
La finalidad de esta residencia pretende que sea el lugar donde los futbolistas duerman al regresar de sus desplazamientos, sobre todo cuando son de madrugada. En lugar de que cojan los coches al llegar a la ciudad deportiva y se marchen a sus casas, la idea es que pernocten en los dormitorios de la residencia. Ya que al día siguiente suele haber entrenamiento de recuperación, los futbolistas ganan horas de descanso y pierden menos tiempo para ir y volver a sus domicilios.
El uso secundario ejercería las veces de lugar de concentración en los partidos de Barcelona para que los jugadores se reúnan allí sin tener que recurrir a un hotel. Un problema menos de logística y un gasto eliminado, más allá de que los jugadores se sentirán más confortables en un espacio ya conocido y familiar.
El presupuesto inicial es de 6 millones de euros y el edificio se construiría sobre el campo número dos, el colindante al Tito Vilanova.
El edificio se erigirá en la superficie que ocupa el campo número dos, el más cercano al que lleva el nombre de Tito Vilanova, en el que suele trabajar la plantilla de Flick. La proximidad con las estancias del primer equipo evita el trasiego de personas circulando por el interior de las instalaciones. Aún quedarían tres campos de hierba natural y tres de hierba artificial, más uno de fútbol 7, una cantidad crítica de terrenos de juego para el volumen del fútbol formativo azulgrana.
Útil para otros equipos
La residencia contará con habitaciones, comedor y salas de reuniones, y también se contempla que pueda ser utilizada por otros equipos, como el femenino, aunque su calendario es menos denso que el masculino y los horarios no son tardíos, o alguna sección profesional, siempre y cuando no interfiera con los intereses del grupo de Flick, que gozará de prioridad absoluta.
Fuentes del club matizan que la construcción de esta residencia es un simple propósito y que no existe calendario de obras ni una propuesta aprobada. Niegan, asimismo, que haya algún estudio de arquitectura al corriente de los planes del Barça y se estén elaborando diseños.
Con retraso
La nueva obra subsanaría un déficit del club azulgrana en comparación a los principales rivales con los que compite. El Madrid en Valdebebas, la del Manchester City junto a Etihad Stadium o el Paris Saint Germain en Poissy, cuentan con centros deportivos más modernos y avanzados pese a que la ciudad deportiva Joan Gamper se ha construido en este siglo. No le han faltado vicisitudes que han ralentizado su funcionamiento.
La primera piedra se colocó en el año 2000, durante la presidencia de Joan Gaspart, y Joan Laporta paralizó las obras un año en su primer mandato por la falta de dinero. El primer equipo no se trasladó hasta mediada la campaña 2008-09 a instancias de Pep Guardiola, que deseaba la privacidad que no tenía en el campo de La Masia, luego convertido en un párking.
La primera piedra data de 2000, Laporta paralizó un año las obras en 2003 y el primer equipo no fue a Sant Joan Despí hasta 2009.
Deficiencias originales
El proyecto inicial tenía una serie de deficiencias que se han ido subsanando, del mismo modo que el coste final fue creciendo hasta casi 70 millones de euros. El inmueble principal se alzó en una orientación equivocada y los paneles solares de la azotea desaprovechaban las mejores horas de luz.
La residencia de La Masia, en un inicio pensada para que las habitaciones fueran utilizadas por los futbolistas del primer equipo con el mismo propósito que esta nueva construcción, nunca se cumplió; en parte, por la oposición de la antigua generación de pasar horas en la ciudad deportiva y, luego, para destinarlo a los más jóvenes. En el campo principal no había sala de prensa ni gimnasio, que se han levantado años más tarde.
El inmueble de La Masia, originariamente, había de acoger al primer equipo para sus concentraciones, pero nunca se empleó así.
Erial de lujo
La superficie de la zona deportiva del Barça es de 136.839 metros cuadrados y no puede crecer en los alrededores. Algunos exdirectivos bajo la presidencia de Josep Lluís Núñez compraron terrenos adyacentes para edificar y el suelo sobrante que tuvo el club, asimismo, se comercializó a cambio de la construcción gratuita de las instalaciones.
La comparación de la ciudad deportiva azulgrana con las nuevas que se han construido provocan el sonrojo. La del Real Madrid, erigida en un erial en Valdebebas, nunca tuvo limitaciones de espacio. Ocupa 1,2 millones de metros cuadrados, diez veces más. Los jugadores blancos cuentan con servicios de lujo y mucho más amplios. La residencia se inauguró en 2014 y consta de 57 habitaciones individuales que usan los componentes del primer equipo de fútbol y de baloncesto. En su interior hay un cine, salas de juego y una piscina cubierta.
La ciudad deportiva del Barça tiene 137.000 metros cuadrados; la del Paris Saint Germain ocupa 600.000, la del Manchester City es de 810.000 y la Valdebebas del Madrid se extiende en 1,2 millones de metros cuadrados
Ciudades sin límites
La del Manchester City también ha cumplido diez años y también se construyó fuera de la ciudad, en una zona degradada. Algo menor que la blanca, tiene 810.000 metros cuadrados. Uno de los edificios está reservado para acoger a los jugadores del primer equipo, que duermen en la tercera planta. El dinero del propietario, suministrado por los Emiratos Árabes, no privó de nada a los diseñadores de as instalaciones.
Tampoco tuvo problemas de coste la del Paris Saint Germain con el dinero de Qatar ni de espacio en las afueras de la capital francesa. La más reciente y la más cara, con un coste de 300 millones de euros invertidos en casi 600.000 metros cuadrados. Solo el primer equipo cuenta con tres campos de entrenamiento reservados. En la residencia vivió varios meses Luis Enrique, con habitaciones propias para el primer equipo (43) y 131 para los canteranos.