Seguirá siendo un misterio la fecha del regreso al Spotify Camp Nou. Noviembre pasó, diciembre se consume, enero figura en la utopía, febrero es una incógnita…
El Barça solo tiene para explicar a su hinchada, socios, aficionados y futuros espectadores, el plan de movilidad para la vuelta parcial al estadio pero no todavía cuándo se producirá. Y ese plan «estudiadísimo y trabajadísimo» confeccionado entre el club y el Ajuntament prevé que dos tercios de los asistentes al Camp Nou en su fase inicial acudan caminando y en transporte público. Es un plan vivo, sujeto a cambios y retoques en función de los resultados que se obtengan en su ejecución real, pero se inscribe en el plan de movilidad sostenible general de la entidad azulgrana.
Lo han presentado Jordi Portabella, director del Área de Sostenibilidad del FC Barcelona, y David Escudé, concejal del distrito de Les Corts y de Deportes del Ajuntament, quienes han establecido como prioridades la «sostenibilidad medioambiental y la confortabilidad de los vecinos del entorno», en respuesta, en este punto, a las «demandas históricas» de los habitantes del barrio para corregir todas las dificultades e inconvenientes que sufren cuando juega el Barça.
Plan parcial
El plan pretende facilitar la fluidez en la llegada y la evacuación de los espectadores al Camp Nou con el máximo respeto al medioambiente, sea ahora, con el regreso escalonado y parcial con el 60% del aforo (se calculan 65.000 espectadores) en la fecha desconocida y en la posteridad indeterminada del 100%, cuando asistan 104.000 personas.
El Barça se ha involucrado en reducir el uso del transporte privado. La idea es que al estadio solo lleguen un 25,9% de los espectadores en coche privado y un 6% en moto, y que el resto (69%, los dos tercios aproximados) accedan a pie (36,5%) y en transporte público y sostenible. Y como tales se consideran autobús, metro y tranvía, más los autocares contratados por colectivos, bicicletas públicas y privadas y transportes para personas con movilidad reducida.
Las restricciones para los vehículos de los particulares pretenden, además de respetar el medio ambiente, reducir las molestias de los vecinos con los atascos habituales en las jornadas futbolísticas. El Ajuntament limitará algunas calles que solo serán para el acceso de los habitantes del barrio, instalando cámaras de tráfico para detectar infracciones.
En la vuelta inicial, solo podrán aparcar 800 coches en las instalaciones azulgranas, 345 junto en el aparcamiento en superficie alrededor del Palau Blaugrana y el resto en el parking subterráneo parcialmente habilitado que, llegado el día de la inauguración, tendrá capacidad para 3.200 vehículos. Menos que en el antiguo Camp Nou, lo que da otra idea de la apuesta por la sostenibilidad.
Restricciones en calles
La Travessera de Les Corts quedará restringida y solo podrá ser utilizada por los vecinos del barrio, vehículos autorizados y quienes dispongan de plaza de parking en el estadio. Sucederá igual en otras calles. En cambio, se potenciarán las plazas para motos (3.120) y se crearán espacios para el aparcamiento, la mayoría cerca de la Diagonal de forma que se liberen las aceras de obstáculos para los transeúntes. Habrá también en esa zona un lugar reservado como parada de taxis y otra para autocares. El Ayuntamiento multiplicará las estaciones de bicing.
El uso del transporte público se expandirá sustancialmente cuando la parada del metro Camp Nou sea utilizable. «Está en funcionamiento la anterior y la posterior pero en la nuestra pasan cosas», explicó Portabella. Esas cosas son que es la vía de extracción de tierra y la entrada de maquinaria y la tuneladora, lo que la convierte en inservible.
«Es muy importante poder abrirla, porque permite conectar con Sarrià y los Ferrocarrils de todo el área del Vallés, con lo que se dispararía el uso del transporte público, y la Generalitat», añadió Portabella, que tampoco pudo dar una fecha aproximada de cuándo será inaugurada la parada.