Los vídeos de Lamine Yamal que se colgaron en las redes sociales después del partido contra Dinamarca pusieron el miedo en el cuerpo a unos cuantos en el FC Barcelona. El delantero de 17 años había soportado la fiera rudeza de los defensores daneses y Luis de la Fuente no tuvo a bien reeemplazarle hasta el tiempo de descuento. De modo que cuando al joven jugador se le vio subiendo unas escaleras del Nuevo Condomina con una remarcada cojera, una mezcla de indignación y pavor se propagó en las más altas instancias barcelonistas.
La presión para que regresara a Barcelona fue inmediata. La RFEF accedió después de una revisión médica de este domingo por la mañana en que confirmó una sobrecarga muscular, en principio sin mayor relevancia. No jugará el martes contra Serbia con la selección y debería estar listo para jugar el domingo con el Barça contra el Sevilla en Montjuïc. El primero de una semana de partidos de altura: asoman el Bayern de Múnich en Champions y el Real Madrid en Liga.
En cualquier caso, la cojera de Lamine Yamal agravó una preocupación que viene de lejos sobre la sobreexplotación de un chico que aún es menor de edad. A De la Fuente se le pregunta en casi comparecencia de prensa sobre la dosificación del jugador y tras el encuentro ante el Dinamarca no estuvo seguramente de lo más afortunado al ser requerido a analizar los golpes y sacudidas a que fue sometido el atacante. “Yo tengo un amigo mío que cuando se quejaban los jugadores que entrenabámos en categorías inferiores decía: ‘¿Pero qué queréis, que os den besos? ¡Esto es fútbol! Aquí se emplean a máxima intensidad y los rivales se emplean con todas sus herramientas hasta el límite del reglamento”.
«Es difícil dosificar»
Una declaración poco cuidadosa con un chico al que aguantó en el césped casi todo el partido, pese a la hostilidad, y que realizó pocos días después de depositar en los clubs la responsabilidad de la administración de los minutos, que son los que por otra parte pagan a los futbolistas.
«Es difícil dosificar. El porcentaje de partidos que se puede jugar con una selección es del 3,5%, es irrisorio», declaró De la Fuente. Afirmación que no resulta cierta de momento esta temporada. El extremo suma ahora con España el 20,3% de sus minutos jugados: de los 1.103 acumulados, 270 corresponden con la selección.
Lamine Yamal, con problemas en el isquiotibial, pasará una nueva revisión en la Ciutat Esportiva que despeje temores. No obstante, el extremo de Rocafonda parece acumular un trasiego que se antoja excesivo para cualquiera y más para alguien de su edad.
Muchos minutos
En lo que va de curso ha disputado el 88% de los minutos. Y ya viene de uno anterior cargadito. Por eso Hansi Flick ha tendido a moderar su uso en los últimos enfrentamientos, para rebajar un poco su carga de esfuerzos. El Athletic se ha podido librar de la explotación a Nico Williams en esta ventana de selecciones. También lo ha logrado el Madrid con Mbappé y Militao. El Barça, a medias con Lamine, cuya masa muscular y su resistencia inquieta en la casa azulgrana.
Si se miran los números de la campaña anterior, desde enero hasta el final, el adolescente acabó jugando 26 partidos de 29 con el Barça de Xavi. Con España se alineó en 10 de 11 encuentros, incluyendo la Eurocopa. Solo descansó en un amistoso ante Andorra. O sea, de enero a julio, entre Barça y España, Lamine jugó 36 partidos de 40 posibles. Y eso con 16 y 17 añitos.
En el presente curso la historia sigue una pauta similar. Ente el Barça y España acumula el 88% de los minutos posibles. De ello se ha percatado Flick y los analistas de datos del club, por lo que el alemán le sustituyó ante los Young Boys -con cara de descontento del propio jugador- y el Alavés, y empezó desde el banquillo ante el Osasuna.
El técnico azulgrana mantiene un control estricto sobre los minutos de todos sus futbolistas y a veces realiza cambios independientemente del marcador, como el día del Mónaco, en que sustituyó a Lewnadowski y Lamine Yamal pese al resultado adverso. De momento, el extremo es el cuarto jugador más usado en el Barça, solo por detrás de Raphinha, Koundé y Lewandowski.
Flick siente la «responsabilidad» de cuidar a los jugadores y, de hecho, admitió recientemente que se sintió culpable por la lesión de Fermín López, por no advertir a la selección sub-21 de la fatiga muscular de su mediapunta después de un verano muy cargado. A cambio, reclama lo mismo con sus jugadores cuando están lejos de su control. Volvió anoche Lamine para alivio del propio entrenador y todas las altas instancias. Un riesgo menos para el martes.
