El Mancheter City sufre una crisis descomunal. Indiscutible. El derbi la exhibió con toda rotundidad, sin explicación alguna que la atenúe. Ganaba el City por 1-0 en el minuto 87 y perdió por 1-2, con dos tantos el United en cuatro minutos que acalló al Etihad, conmocionado, con el impensable vuelco que vio ante sus ojos.
Dominaba el City y una insensata cesión atrás de Matheus Nunes a Ederson, sin mirar, supuso un regalo para Amad Diallo que recogió el bombón para comérselo en el área. Nunes quiso quiso reparar el error y cometió otro para acentuar la catástrofe derribando al delantero. Bruno Fernandes, que había desperdiciado la única ocasión, lo transformó. Tres minutos después, un pase largo de Lisandro desde la defensa también encontró a Diallo en la brecha que había abierto en canal al City. Y Diallo tampoco falló, solo frente a Ederson, que salió tarde.
Hasta entonces, en el City solo había respondido Josko Gvuardiol, que es el segundo máximo goleador del equipo. El problema, el dato que dimensiona la crisis del vigente campeón, es que se trata de un defensa. Después de Erling Haaland, sin ocasiones que llevarse a las botas, indetectable para sus compañeros, el mejor proveedor es el central croata.
«No soy lo suficientemente bueno. Soy el jefe, el entrenador, tengo que encontrar soluciones y hasta ahora no lo he hecho. Esa es la realidad», decía Guardiola a la BBC, hundido, sin querer acusar a Matheus Nunes, que hasta el error «había jugado muy bien en una posición que no es la suya. «No hay mucho que decir. No habíamos perdido ocho partidos en dos temporadas», añadía, reconociendo que sus jugadores habían «regalado los goles» y que les falta la suficiente «serenidad» en el campo.
No soy lo suficientemente bueno. Soy el jefe, el entrenador, tengo que encontrar soluciones y hasta ahora no lo he hecho. Esa es la realidad»
Al margen de Haaland, no se observan rastros de los demás componentes de la formidable nómina que tiene Pep Guardiola, animado al principio por su hinchada con una enorma pancarta que rezaba: «Més que un entrenador». Se marchó del campo con un más que disgusto mayúsculo. Otra pancarta («Nunca ganaréis cuatro seguidas») en alusión a las cuatro Premiers consecutivas conquistadas y dirigida a los hinchas del eterno rival, se reveló imprudente. Precipitada.
Cero de los delanteros
Llegó ese tanto de Gvuardiol en una jugada de córner, mal ejecutado, con un centro mordido de Kevin de Bruyne que halló al croata con unos centímetros cuadrados de libertad entre Hojlund y Dalot para conectar limpìamente un cabezazo cruzado sin oposición. Casi sin pretenderlo, sacaba petróleo el City de una jugada a balón parado, aunque ya es conocido que el United es un pozo sin fondo: es el equipo que más goles encaja de córner.
Gvardiol, con su cuarto tanto, reparó algunos de los graves errores que ha cometido en defensa esta temporada. Mateo Kovacic lleva tres; Doku, De Bruyne y Stones, otro defensa, dos; Bernardo Silva y Rico Lewis, uno. Cero de Phil Foden, de Savinho, de Doku, de Grealish, que no se ha estrenado en 11 partidos y cuyo último gol en la Premier data del 16 de diciembre de 2023; cero Ikay Gündogan y Matheus Nunes.
Gvardiol, con su cuarto tanto, es el segundo goleador del equipo en la Premier. Ninguno de Foden, de Savinho, de Doku, de Grealish, tampoco de Gündogan ni Nunes
Gvuardiol hace de todo
Con una victoria en diez partidos, un récord inimaginable en Guardiola y en el City, la angustia aumentaba con la visita del United sobre el que los azules se han encarnizado en los últimos tiempos. Con Rúben Amorim a los mandos, que infligió al técnico catalán un 4-1 en la Champions con el Sporting de Lisboa en la tercer episodio de la dramática racha azul. Se trata ya de una depresión con una en 11 encuentros, y sin poder aprovechar los empates del Liverpool y el Arsenal.
Guardiola no reconsidera sus principios y plantó una alineación tan ofensiva que parecía suicida, con tres centrales atrás y protegidos delante por Gündogan, que no es una fiera precisamente. Cerraba solo con Walker y Dias en el ataque y Gvuardiol pasaba a ser mediocentro, con Nunes a su izquierda, pero los dos completaban la zaga en las posesiones de los rojos. Gvuardiol ya se quedó atrás después del descanso. Había cumplido a las mil maravillas. Había sido también delantero goleador.
A cada partido que pasa la añoranza de Rodri es mayor. De nuevo se observó. La ausencia del mediocentro no explica por sí solo el bajón. La incidencia de Rodri es indiscutible, pero otros jugadores sanos se han diluido sobre el césped en sombras de lo que fueron, desde el portero Ederson, al inseguro Gvuardiol y acabando por Foden. Solo anda a tono Haaland, con 18 goles en 22 partidos (22 tantos en el curso anterior), desaparecido. Ederson sacó una gran mano a cabezazo de Amad Diallo en el primer y tardío remate de los diablos rojos (m. 61).
Revolución parcial
Amorim no ha logrado revolucionar al United, lo que revela que el problema era más profundo que la labor de Erik ten Hag. Pero sí le ha dotado de mayor espíritu ofensivo, trasladando a Manchester su apuesta de alinear tres centrales para que los dos laterales empujen hacia arriba. Poco pudieron hacerlo Mazraoui y Dalot, con Bernardo Silva y Doku delante. El plan que pudiera tener con la inclusión de Mason Mount se fue al garete a los 13 minutos, cuando el delantero inglés pidió el cambio.
Tenía todo el partido por delante, pero no se advirtió mejora alguna, hasta que fueron capaces de coordinar espacio y tiempo Mazraoui y Bruno Fernandes para que el capitán se colara hasta Ederson. El suave remate se perdio fuera (m. 73).
La ocasión visitante había nacido de una pérdida de Doku, agotado y tomando malas decisiones. Reaccionó Guardiola dando entrada a Grealish y reaccionó Amorim, con un triple cambio. Más protegido que nunca en todo el partido, el United supo encontrar y explotar todas las debilidades. Empezando por el decaimiento anímico de los vigentes campeones.
Manchester City 1 – Manchester United, 2
City: Ederson; Walker, Rúben Dias, Gvardiol; Gündogan (Sanvinho, m. 89), Matheus Nunes; Bernardo Silva, De Bruyne (Kovacic, m. 67), Foden, Doku (Grealish, m. 77); Haaland.
United: Onana; De Ligt (Yoro, m. 78), Maguire, Lisandro; Mazraoui (Antony, m. 78), Ugarte, Bruno Fernandes, Dalot; Diallo (Lindelöf, m. 91), Hojlund (Zirkzee, m. 78), Mount (Mainoo, m. 13).
Goles: 1-0 (m. 36), Gvardiol; 1-1 (m. 88), Bruno Fernandes (p); 1-2 (m. 90), Amad Diallo).
Árbitro: Anthony Taylor.
Tarjetas: Hojlund, Walker.
Estadio: Etihad.