El día que eliminamos a Alemania salimos convencidos de que ganaríamos la Eurocopa


Aymeric Laporte estaba predestinado a ser deportista. Sus abuelos jugaban al rugby y al tenis en Agen, localidad de larga tradición polideportiva y un histórico equipo en el Top 14 del rugby francés. Y sus padres también le inculcaron ese amor por el deporte, porque en casa de los Laporte el deporte era religión.

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