Los teléfonos no dejan de sonar en las oficinas de Valdebebas. Desde hace unas semanas los reveses que ha sufrido el Real Madrid en el césped han provocado un movimiento interno que Carlo Ancelotti conoce perfectamente de su primera etapa como técnico blanco.
La dura derrota ante el Barcelona en el clásico (0-4) y el sonado tropiezo ante el Milan en Champions (1-3) hicieron saltar las alarmas. El Bernabéu había dejado de ser un fortín y el Real Madrid se había convertido en un equipo vulnerable que no terminaba de integrar a Kylian Mbappé en el equipo campeón de la pasada Champions.
La llamada a Solari
La mala imagen, los nervios y la impaciencia de los colaboradores más estrechos de Florentino explicarían la llamada a Santiago Solari, director de fútbol de Valdebebas, para que supiera que la opción de activarlo como relevo de Carlo Ancelotti estaba sobre la mesa. Florentino no quiso tomar decisiones precipitadas y se limitó a avisar al argentino, noticia que llegó a los oídos de Carletto y, obviamente, no hizo gracia al italiano. Si el Real Madrid no hubiera ganado a Osasuna en el Bernabéu, en Anfield habría estado Solari.
En el Real Madrid los secretos corren por los pasillos y este no tardó mucho en llegar a oídos del técnico. Eso justificaría la áspera reacción del italiano en rueda de prensa al advertir, en un señal clara de reivindicación: «He hecho 1.300 alineaciones y 4.000 cambios. Nadie me va a dar consejos sobre esto».
En ese momento, durante la previa del partido ante el Liverpool en la sala de prensa de Anfield, la respuesta sonó gruesa y avinagrada. Algo que habría sorprendido, si no fuera porque Carletto sabía de esos movimientos que se están produciendo a la espalda de Florentino, donde vuelve a emerger la figura del hijo del presidente, ‘Chivo’, que según se cuenta desde las oficinas del club «ha ganado mucho peso y visibilidad en los últimos tiempos en todo lo que tiene que ver con el Real Madrid».
Toque de atención
Ancelotti, conocedor de esa llamada, está tranquilo porque tiene contrato hasta junio de 2026. Su renovación va emparejada a la firma hasta esa fecha de Xabi Alonso por el Leverkusen. El tolosarra hizo pública su extensión de contrato, llegando semanas después la renovación de Ancelotti por dos años más por los blancos. Nada invita a pensar que el italiano pueda abandonar el club ahora mismo, y hay quien ve en la llamada a Solari un toque de atención interno al de Reggiolo.
Pero la nueva derrota ante el Liverpool ha vuelto a caldear los ánimos en la planta noble del Bernabéu. Más que la derrota en Anfield, lo que no ha gustado ha sido la forma, con el equipo resignado en los minutos finales, y, sobre todo, el discurso del técnico después de una derrota que pudo ser mucho mayor si Salah no hubiera fallado el penalti y Courtois hubiese evitado un par de goles más con sus paradas.
Despedido en mayo de 2015
«La situación no cambia mucho tras esta derrota porque igualmente si ganábamos hoy (por ayer) era complicado entrar en los ocho primeros. El camino es este, no puede ser de otra manera porque empezamos a volver a ser un equipo», apuntó Ancelotti al acabar el partido. «Ha sido un partido difícil, eso ya se sabía. Es el estadio más complicado de Europa porque tienen una buena dinámica. Hemos competido, hemos luchado. El equipo me ha gustado porque hemos competido bien contra el rival más complicado en Europa», concluyó. Algunos ven estas palabras como un desafío del italiano a sus opositores en la planta noble.
Ancelotti, que ya fue despedido en mayo de 2015 con un año más de contrato y después de conquistar la Champions, se encuentra en el alambre. Solo que esta vez parece que es Florentino el más paciente en los despachos y son quienes le rodean lo que creen que su tiempo se ha acabado y que se necesita un revulsivo.
El vestuario, con Ancelotti
Ante esta tesitura, el vestuario ha cerrado filas en torno al técnico, como advirtió Luka Modric al concluir el partido en Liverpool: «El vestuario no tiene ninguna duda sobre el entrenador. Todos respaldamos el trabajo de Ancelotti, que es el mejor entrenador que podemos tener. No es un momento fácil para nosotros, pero como he dicho antes, la Champions no se gana ahora. Hay muchos partidos todavía y confiamos en nosotros. Me imagino que hay preocupación y confianza alrededor nuestro… Pero nosotros no tenemos esto, confiamos en nosotros y en que vamos a sacar esta situación adelante».
La continuidad de Ancelotti está más cuestionada que amenazada, mientras Florentino siga desoyendo a su entorno y haga más caso a los jugadores, práctica poco habitual en el presidente. Sin embargo, el italiano, que sabe perfectamente el estado de la situación y quienes cuestionan su continuidad, debe solventar con aportaciones de su pizarra la plaga de lesiones que asola al equipo.
Carlo ya advirtió en verano del desequilibro de la plantilla, algo que no gustó en los despachos. Así que su futuro pasa ahora por lo que ocurra en los próximos cinco partidos, que casualmente el Real Madrid jugará fuera del Bernabéu: Athletic, Girona, Atalanta, Rayo Vallecano y la final de la Intercontinental.