Manolo González se ha acostumbrado a vivir en el alambre en los últimos tiempos. El técnico es un superviviente en un contexto de desgracias y malos resultados que mantienen al Espanyol en la zona de descenso. La inmerecida derrota en Las Palmas (1-0) fue el último disgusto para los pericos, que solo han sumado un punto de 27 posibles fuera de casa. Aún así se mantiene a solo un puntito de la salvación marcada por el Getafe y, salvo un cambio radical de los acontecimientos, el míster gallego se comerá los turrones y las uvas como preparador perico.
La victoria contra el Celta del 30 noviembre (3-1) fue la que realmente dio fuerzas al técnico. Su celebración corriendo por la banda del último gol de Cheddira bien merecía la pena. El equipo cayó después en la Copa en Barbastro y no ha vuelto a ganar en la Liga, con dos empates en casa ante Osasuna y Valencia y dos derrotas por la mínima en Getafe y Las Palmas.
«Es alucinante»
En el feudo canario, sin embargo, el cuadro perico fue mejor que su rival. Tuvo dos ocasiones claras para adelantarse y acabó sucumbiendo con una falta directa provocada de forma absurda por Cabrera y mal gestionada por Joan García. «No puntuar en este partido es alucinante. El equipo no se cae, pelea y lucha, pero el fútbol está siendo cruel con nosotros», apuntó Manolo.
El técnico se siente capacitado para sacar adelante la situación, consciente de que tocará sufrir hasta el final. La dirección deportiva comandada por Fran Garagarza ha ampliado el margen de confianza sobre Manolo, que afrontará dos citas absolutamente trascendentales en el comienzo de año.
Pendientes del mercado
El equipo tendrá vacaciones hasta el día 30 de diciembre y abrirá el 2025 con dos duelos en casa ante Leganés y Valladolid, dos rivales directos en la lucha por una salvación que se presenta agónica. Esas citas sí pueden marcar el futuro del preparador y de una plantilla que también podría contar con algún refuerzo en el mercado invernal siempre y cuando se produzca alguna salida que libere límite salarial. El margen de maniobra es escaso y la cantera seguirá siendo la principal apuesta.
Seis meses después de lograr el ascenso en una eliminatoria final inolvidable contra el Oviedo, el preparador gallego sigue firme en su objetivo de cumplir su contrato y mantener en Primera al Espanyol. Ahora tiene por delante 20 días para preparar la cita ante el Leganés, otro recién ascendido al que igualaría en la tabla con un triunfo en casa el sábado 11 de enero. El viernes siguiente llegará el Valladolid, otro excompañero de viaje en el pasado curso en Segunda.