Lewandowski recibe las felicitaciones de Raphinha, que le dio dos pases de gol. / Vincent West / Reuters
Me cuentan que Florentino, con excelentes relaciones en una curia vaticana que, como él, vive inmersa en el ejercicio de su suprema misión pastoral de servicio a la blanca palabra, ha pedido consejo y favor al mismísimo sumo pontífice. ¿El motivo? La localización y contratación urgente del mejor exorcista de la santa sede.
En Concha Espina, mirando el calendario y viendo el estado de gracia excepcional que luce el equipo azulgrana en vísperas a su visita a Chamartín, no solo empiezan a estar inquietos de verdad, sino que comienzan a ver fenómenos sobrenaturales alrededor del Barça y el juego que despliegan sus jugadores. En Álava, desde la portería hasta la punta de ataque, todo parece realmente deambular en un ámbito espiritual de difícil explicación. Iñaki Peña vistió un llamativo y premonitorio color “naranja, cono”, pero ni por esas… Es tal el amparo diabólico que les acoge, que,en los dos últimos partidos más de la mitad de los remates de Lewandowski acaban dentro de la portería contraria, alguno con rocambolescos rebotes, igual que más de la mitad de los goles encajados por Iñaki son paranormalmente anulados por detectarse en el VAR irregularidades invisibles en directo.
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Y es que no se acaba aquí. Raphinha parece vivir poseído por el mejor Neymar, Casadó por Busquets, Koundé por Dani Alves, Pedri parece de cuarzo irrompible… ¡Vade retro, Satanás!
Florentino está ya tan de los nervios que hasta le parece ver a Guardiola cuando las cámaras enfocan en realidad a Flick, y es que al alemán, solo le falta adquirir ese curioso tic nervioso de escupir por la banda como el de Santpedor, para resultar su reencarnación, no en cuanto a juego y modelo, pero sí en cuanto a excelencia y efectividad.
Y no olvido a Lamine Yamal. Igual que en su día vimos en el de Rosario la imagen del hijo de Dios, el presidente blanco se ducha hoy con agua bendita incapaz de soportar a quién él ya percibe como el hijo de Belcebú y se le aparece en sueños derribando dentro de pocos días su nuevo y flamante estadio de aluminio…
