La FIFA ha logrado desbloquear esta semana uno de los principales retos que tenía por delante con el Mundial de Clubs. Sin anunciar la plataforma donde se podría ver este campeonato, los únicos patrocinadores que se habían animado ya estaban vinculados al Mundial de selecciones de 2026. Ahora, todo cambia porque ya sabemos que Dazn ha adquirido los derechos globales en un acuerdo que se cifra en torno a 1.000 millones de dólares. Y aquí hay dos cuestiones relevantes: la primera, el dinero, porque ahora los clubes participantes ya saben que sí habrá un botín a repartir; la segunda, y la más relevante, este será el primer torneo premium de fútbol en el que podrá tomarse el pulso a cómo puede ser un modelo de negocio en el que la televisión en abierto se imponga al pago.
La Superliga eligió este punto de fricción entre las competiciones actuales y los aficionados como su principal punta de lanza para ganar apoyos, y no tardó mucho en reaccionar: “Fútbol gratis? Os suena? Es el ÚNICO camino…”, posteó. De momento, Fifa ha conseguido que su nuevo producto se sitúe al nivel de la Eurocopa en términos de ingresos audiovisuales. Con un cambio en el modelo: un único socio audiovisual en lugar de ir mercado a mercado.
La recaudación por publicidad
Esto es algo que ninguna liga, ni la propia Champions League, pueden hacer, aún encorsetadas por una regulación que les fuerza a ir vendiendo sus derechos país a país. Ahora bien, Dazn podrá hacer como Eurosport con los Juegos Olímpicos y tener acuerdos puntuales con televisiones tradicionales en cada país. Apostar por una OTT tiene la ventaja de tener un mayor impacto entre el público joven, pero supone una desconexión importante de un segmento de la población, de mayor edad, cuya adopción de las nuevas tecnologías es menor. No es descabellado pensar que todo el evento lo veremos en streaming, mientras que un player de mayor alcance, sea Rtve o Movistar+, ofrecerá en paralelo un paquete determinado.
Otro aspecto importante es cuánto se podría recaudar por publicidad con un formato 100% en abierto, ya que esa será la principal vía para recuperar la inversión si el sistema decide que el deporte gratis debe ser el new normal. Aquí es importante el término derechos globales, ya que a DAZN le permitirá acceder a un pool de marcas con mayores bolsillos con una propuesta que no se limite a un país u otro, sino a los que cada una necesite. Y qué nuevos negocios se pueden activar cuando, de inicio, cada usuario pagará con la cesión de sus datos. ¿Apuestas? ¿Merchandising? Veremos si el futuro es ese o seguir pagando ADSL, fijo y móvil para ver el fútbol.
Emiratos, sede de eventos
A quién tiene el bolsillo más grande, Europa nunca podrá ganar. Esta semana ha vuelto a quedar demostrado, con la confirmación oficiosa de que la Euroliga traslada la Final Four de 2025 a Abu Dhabi. En términos racionales, era absurdo no aceptar una oferta de más de 20 millones de euros que multiplica por cinco lo máximo que había conseguido hasta ahora en el Viejo Continente por este mismo producto. La ventaja del baloncesto, a diferencia del fútbol, es que la contestación social siempre será menor porque, siendo un deporte relevante, no tiene esa relevancia homogénea del balompié en todos los países. Eso ya quedó probado con la misma creación de la Euroliga como torneo cerrado, a la que mediáticamente nadie se opuso como sí ha pasado con la Superliga.
Así que, de nuevo, ver cómo funciona su apuesta puede acabar sirviendo para que en otros despachos se avance más decididamente. La Supercopa de España e Italia ya se juega en Arabia Saudí, por lo que este nuevo paso nos puede anticipar que cada día estamos más cerca de una final de Champions League en Oriente Medio o Estados Unidos. El reto, como podremos observar, es cómo facilitar que las aficiones no paguen el sobreprecio de este giro. Nada más triste que una finalísima con gradas vacías.