El Maccabi Tel Aviv agrandó este jueves la herida del Real Madrid en sus partidos como visitante y doblegó a los blancos con una canasta de Saben Lee sobre la bocina (79-78) en su ‘exilio’ en Belgrado, que supone la sexta derrota a domicilio de los blancos, cuatro de ellas en la Euroliga.
Sin Dzanan Musa y Serge Ibaka, bajas de última hora, el equipo blanco desaprovechó una renta de once puntos al comienzo del último cuarto y dejó escapar un partido en el que, como ante Olympiacos el martes, regaló numerosos rebotes defensivos (18 de un total de 43 de los locales) ante un Maccabi liderado por el exjugador lituano del Barça Rokas Jokubaitis que, a pesar de sus desaciertos, tuvo más fe que su rival.
A pesar del escaso público presente en la emblemática Sala Pionir de la capital serbia, el Real Madrid se empequeñeció en la recta final y desaprovechó los 18 puntos de Mario Hezonja para prolongar una mala racha que alimenta de nuevo las dudas de los de Chus Mateo.
Al no ser el juego interior su punto fuerte, el Maccabi arrancó apostando por el perímetro, lo que le reportó un buen rendimiento, con tres triples casi consecutivos, dos de ellos de Sorkin, que le dieron las riendas del marcador (11-8).
El Real Madrid, en cambio, se inclinó por surtir de balones a Tavares, aunque fue Hezonja el que aportó los puntos, con once en el primer cuarto.
Como en Atenas, los blancos volvieron a dejar grietas en el rebote ofensivo, lo que dio segundas oportunidades a los israelíes para mantener una cierta renta (18-13), aunque dos triples de Llull revertieron el electrónico en el último momento.
En el segundo acto, con un Real Madrid recurriendo a los novatos González y Gueye, los problemas en el rebote persistieron, lo que unido a dos bandejas falladas y a un Campazzo más gris de lo habitual, hicieron que los de Tel Aviv cobraran la primera ventaja significativa (36-29) a tres minutos del descanso.
Un tiempo muerto en el que Chus Mateo rogó calma -”sigamos con el plan”, pidió el técnico- no solo paró la hemorragia, sino que desperezó a Campazzo y puso al equipo a velocidad de crucero.
Los fallos de los macabeos y una defensa más férrea propulsaron a los blancos, que en apenas dos minutos y con diez puntos del ‘Facu’, endosaron un parcial de 0-14 para colocarse con el 36-43 al descanso.
El parón no sentó bien ni al Maccabi ni al Madrid, que se sumergieron en un toma y daca de imprecisiones del que los israelíes sacaron provecho para poner las tablas (49-49) de nuevo de la mano de Sorkin.
Mateo mantuvo la apuesta por su quinteto inicial y de nuevo vino el arreón, encarnado en un tapón mayúsculo de Tavares, que propició la máxima ventaja (53-61) a falta de dos minutos gracias tres canastas con personal de propina.
El último cuarto comenzó con el Madrid estirando un poco más sus ahorros (57-66), pero a partir de ahí, empezó a debilitarse, con un mal bagaje en el triple, y a ver como su rival le iba recortando terreno.
A cinco minutos eran siete los puntos de diferencia, pero sendas canastas de tres de Jokubaitis y del ‘Papi’ Rivero sembraron los nervios (75-78) en las filas blancas.
Un tiro del pívot cubano estrechó el margen a un punto y el fallo de Campazzo a falta de doce segundos dejó la última jugada en manos israelíes, que con el tiro de Lee, máximo anotador del encuentro con 19 puntos, pusieron la puntilla de la manera más cruel para endosar al Real Madrid otro golpe fuera del Wizink Center.
Ficha técnica:
79 – Maccabi Tel Aviv (21+15+19+24): Jokubaitis (17), Sorkin (13), Rayman (2), Hoard (8), Randolph (8) -cinco titular-, , Lee (19), Rivero (10), Cohen (2), Dibartolomeo (-).
78 – Real Madrid (23+20+21+14): Campazzo (16), Abalde (8), Hezonja (18), Ndiaye (2), Tavares (11), -cinco inicial-, Rathan-Mayes (7), Llull (9), Deck (7), Gueye (-) y González (-).
Árbitros: Tomislav Hordov (Croacia), Saulius Racys (Lituania) y Nick Van den Broeck (Bélgica). Excluido por cinco personales Sorkin.
Incidencias: partido de la jornada 7 de la Euroliga disputado en el pabellón Aleksandar Nikolic Hall de Belgrado. Los jugadores del Real Madrid portaron crespones negros en la camiseta en recuerdo de las víctimas de la dana.
