El futuro de Carlo Ancelotti está en el aire y mucha culpa de ello la tiene Kylian Mbappé, cuya etapa en el Real Madrid ha comenzado de forma ruinosa. El Real Madrid cayó en Anfield siendo ampliamente superado por un Liverpool más voluntarioso que virtuoso al que le valieron un par de zarpazos para malherir a un rival desestructurado y sin ninguna pegada en ataque. Los blancos marcan ahora mismo el límite de equipos clasificados para la segunda fase de la Champions (24), con seis puntos, pero deben visitar en Bérgamo a un Atalanta que es sexto con once puntos. Y el delantero francés, que falló un penalti, necesita una visita urgente al diván de Florentino porque la visita al despacho de Carletto no le ha funcionado.
El 22 de febrero de 2023 Anfield despidió aplaudiendo de pie al Real Madrid después de que los de Ancelotti golearan por (2-5) al Liverpool con una exhibición de Vinicius, Bellingham, Modric y compañía. Veinte meses después los blancos regresaban al coliseo inglés diezmados por las bajas de Vinicius y Rodrygo arriba y con una defensa parcheada con Valverde en el lateral y el ‘becario’ Asencio pasando su examen más exigente. Carletto apostó por un once de seda con jugadores de buen pie para domesticar al vertiginoso Liverpool de Slot.
El Liverpool acelera el partido
Precisamente el canterano fue el protagonista en el tramo inicial. A los tres minutos, una parada de Courtois tocó el pie de Asencio y entraba cuando él mismo la salvó milagrosamente sobre la línea. Al cuarto de hora elevó la nota mostrando su carácter en el área cuando el uruguayo Darwin Núñez trató de intimidarle en una jugada que terminó picante. El Madrid se movía por Anfield como si estuviese en el jardín del Bernabéu, con ese oficio que muestra cada vez que pisa un gran escenario.
Brahim, Güler, Modric y Belligham rebajaron el tempo del partido con la pelota en los pies y en defensa se ordenaban en tres líneas que cerraban los espacios a los estiletes del Liverpool. Salah, Darwin y Luis Díaz se veían desabastecidos y se desesperaban mientras los visitantes buscaban a un Mbappé acostado a la izquierda y demasiado lejos del área. El duelo comenzó a torcerse para los blancos a la media hora, cuando el Liverpool se creció tras un par de sustos de Darwin a la portería de Courtois generados de forma aislada. El fragor del Liverpool terminó por acular al Madrid en su área, provocando los momentos más complicados para los de Ancelotti. El frenesí local aceleraba el juego y los blancos sufrían. Además, en ataque Mbappé seguía decidiendo mal lo que eliminaba cualquier opción de peligro real en la portería de Kelleher, lo que animaba aún más a los de Slot a apretar más arriba aún. El descanso permitió respirar aliviado a un Real Madrid que se fue descomponiendo pese a la buena primera parte de Camavinga y Asencio.
Gol de MacAllister y dos penaltis fallados
En la segunda parte el Real Madrid se quedó en el vestuario. La pelota no duraba en los pies blancos y a los 50 minutos Courtois salvaba un testarazo en el que la grada ya cantaba el gol. Pero apenas un minuto después Mac Allister recogía un pase en el área y disparaba a la red armando rápido un disparo que Asencio no pudo tapar. Un merecido gol que además llegaba con malas noticias, porque en la siguiente jugada Camavinga se iba al suelo lesionado. Carletto aprovechaba para replantear el partido poniendo en el campo a Lucas Vázquez y Ceballos, los dos únicos jugadores de su confianza que había en un banquillo raquítico (Fran González, Fran García, Endrick y Gonzalo).
Y entonces Lucas, en su primera intervención , forzó un penalti tan ingenuo como evidente. Cogió la pelota Kylian Mbappé, al que se le notaba en el rostro la ansiedad. Lanzó con la derecha a su lado natural, la izquierda del portero, el lugar elegido por Kelleher para despejar la pelota y mantener la ventaja local. Kylian culminaba su desastrosa actuación con un penalti fallado. La noche que debía justificar su fichaje, el francés justifica todas las críticas.
La paciencia de Florentino se agota
Pero el destino tenía guardada otra sorpresa porque Mendy, en la jugada previa a ser sustituido porque estaba totalmente superado por el partido, hacía penalti sobre Salah al comprarle un quiebro que terminó en falta máxima. Fue el egipcio el elegido para disparar y con Courtois ya tumbado al otro lado, la mandó fuera regalando otra vida al Madrid. Restaban veinte minutos, pero el hambre inglés fue superior a las ganas madridistas y en un córner Gapko clavó un testarazo que sentenció el partido. Con el tanto se murió el partido, en el que entraron un Ceballos intrascendente que se ha convertido en un jugador funcionarial y un Endrick descreído de sí mismo por el papel residual que le ha dado Ancelotti.
Malas noticias para un Florentino Pérez al que se le amontonan los problemas en el club. Desde la cancelación de los conciertos por el ruido en el Bernabéu a los problemas con el aparcamiento de Chamartín. Siguiendo con el intento de transformación del club en sociedad anónima deportiva y terminando por este desmoronamiento de una plantilla tan cargada de estrellas como desequilibrada. Ancelotti se lo dijo en verano: ‘Me sobra un delantero y me falta un defensa’. La realidad le está dando la razón. El problema es que Carletto tiene enemigos en los despachos del Bernabéu y la paciencia de Florentino es limitada.