Ante el Olympiacos quedó enterrado el Barça de Roger Grimau y ante el Olympiacos se estampó el de Joan Peñarroya, como si esa vara de medir permitiera calibrar el nivel del equipo azulgrana en la Euroliga. Como si Atenas -sirve también la pista del Panathinaikos- fuera el escenario donde se examinan los clubs con aspiraciones europeas. El Olympiacos venció el martes al Madrid (79-69) y dobló el triunfo sobre el Barça (95-74), que bajó los brazos en el último cuarto al dar por imposible el partido.
Chus Mateo, el técnico blanco, creyó haber detectado la clave de la derrota madridista en el rebote, y ese análisis no fue tomado en consideración por sus homólogos barcelonistas. Por más que Willy Hernangómez rasgara la camiseta de Moustapha Fall al saltar por encima del cinco griego. Una anécdota por lo jocoso del caso y por los 17 puntos de ventaja con que disfrutaba el Olympiacos a seis minutos del final.
Ataque encallado
El batacazo de Willy representó la caída del Barça, que se presentaba con el liderato en la mano. Se lo quitó el quinteto griego de un manotazo, conservando la inviolabilidad de su pabellón. Solo gana en casa.
El fluido ataque barcelonista que derribó al Anadolu Efes se encalló dos días más tarde en Atenas. Como si se hubiera oxidado después de meses y meses a la intemperie, que no es el caso. En Estambul llevaba 55 puntos al descanso y esos 55 puntos los marcó a seis minutos del final. El porcentaje de triples transformados era sonrojante, con un 2 de 9 en el descanso. El martes los había anotado en el primer minuto. Fue un 4 de 17 este jueves, y los dos siguientes aciertos llegaron en el último minuto.
Los errores del tiro se agravaron con la falta de consistencia bajo el aro. Una no menos vergonzante diferencia de 18 rebotes a 9 (40-24 fue el balance definitivo) terminaba de explicar el paulatino hundimiento del Barça, que pasó del 13-17 con la ilusionante entrada de Metu con un triple a un 24-17 al comienzo del segundo cuarto. La sangría la frenó momentáneamente Brizuela antes de que cayera otro nuevo parcial en contra que estiró la distancia a 11 puntos.
Bajón tras el descanso
Fueron 15 inmediatamente después del descanso, y al final del tercer cuarto, y entre esos márgenes cómodos se movió Olympiacos, con Fournier castigando en el tiro y Milutinov rebañando bajo los aros, con 6 rebotes ofensivos que dejaba retratados a sus pares azulgranas. Una ventaja que garantizaba la victoria ante la falta de síntomas de recuperación azulgrana pese a buenos minutos de Hernangómez, el último jugador que entró en la cancha.
Sumar de dos en dos convertía en una quimera la remontada ante al excelente defensa griega, que no decayó. En el último cuarto el Barça seguía con los dos triples, el de Metu y el de Parker, que Metu y Punter ampliaron. Tan anecdótico como el salto de Hernangómez. El conjunto de Georgios Bartzokas dio cancha al de Peñarroya con el triunfo asegurado y le permitió maquillar el marcador, sólo eso, sólo un poquito.
Olympiacos, 95 – FC Barcelona, 74
Olympiacos: Walkup (8), Vezenkov (18), Papanikolaou (3), Fournier (19), Milutinov (12) –cinco inicial-; McKissic (10), Williams-Goss (2), Wright (4), M. Fall (2), Dorsey (12), Peters (5), Vildoza (0).
11 de 30 triples (Fournier, Dorsey, 3), 40 rebotes, 16 ofensivos (Milutinov, 6), 21 asistencias (Walkup, 7).
FC Barcelona: Núñez (3), Abrines (0), Punter (18), Parker (9), Y. Fall (0) –cinco inicial-; Vesely (6), Satoransky (4), Metu (12), Anderson (5), Brizuela (4), Sarr (2), Hernangómez (11).
4 de 17 triples (Metu, 2), 24 rebotes, 6 ofensivos (Hernangómez, Metu, 2), 16 asistencias (Satoransky, 4).
Parciales: 21-17; 24-19; 21-14; 30-24.
Árbitros: Sreten Radovic, Piotr Pastusiak, Saso Petek.