El pasado 14 de noviembre, Juanma Morales, CEO del Grupo IFA, gigante de la alimentación, cargo que abandonará en diciembre, /espresentaba su candidatura a presidir la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), que celebra sus elecciones a la presidencia el próximo 16 de diciembre, siempre que exista más de una lista para las que se necesitan 21 avales. Sobre la mesa, la lista de ‘Pasión y Gestión’ puso «200 iniciativas para mejorar la Federación y situarla en el nivel que merece». Al lado de Morales, un excampeón del mundo como David Silva y un exjugador del Barça, Real Madrid y exseleccionador sub-21 como Luis Milla, o la excapitana de la selección femenina Virginia Torrecilla, entre otros. Enfrente, el establishment federativo que en ese momento no se había organizado, a la espera de la decisión sobre el recurso de apelación de Pedro Rocha.
¿Cuántos avales se necesitan para las elecciones de la RFEF?
El directivo, un outsider en el proceso, pidió en su presentación en sociedad un paso adelante de «valientes». Como mínimo, han de dar ese paso 21 de los 143 miembros que componen la recién elegida asamblea. De estos, uno es el presidente y cada una de las 19 federaciones territoriales escoge a su representante, por lo que los comicios recientes han escogido a 122 asambleístas divididos en especialidades, estamentos y circunscripciones. El plazo límite para recabar estos apoyos que permitan presentarse a las elecciones termina este martes, 3 diciembre.
Desde el entorno de la candidatura de Juanma Morales, aseguran estar «peleando hasta última hora» en una batalla que reconocen como difícil. Los avales necesitan ser suscritos mediante firma y no como un simple acuerdo. Las situaciones vividas por Iker Casillas o más recientemente por Carlos Herrera dan buena fe de la formalidad que requiere un proceso que pocos están dispuestos a dar fuera de un sistema que se retroalimenta. Por eso, que la Justicia diese por finalizado el intento de Pedro Rocha para recuperar el poder solo abrió la puerta a una alternativa desde dentro.
Desde el lado federativo se da por descontado que tendrán una absoluta mayoría de apoyos concentrados en, previsiblemente, la figura de Rafa Louzán, actual presidente de la Real Federación Gallega de Fútbol. Una vía que nace manchada, pues Louzán está a expensas de que el Supremo resuelva sobre un caso de prevaricación cuando era presidente de la Diputación de Pontevedra. Dirigente histórico del PP de Galicia, en mayo de 2022 fue inhabilitado para ocupar cargos públicos durante siete años por prevaricación. La Audiencia Provincial de Pontevedra le consideró culpable de apoyar una subvención de 86.311 euros para que una empresa ejecutara unas obras que estaba, en su mayoría, en ejecución.
Un sistema concebido para darle «continuidad a las territoriales»
Con todo, la percepción mayoritaria es que si no es Louzán será otro barón federativo. «Es todo muy complicado, un camino lleno de dificultades. El sistema está concebido para darle continuidad a las territoriales y que sean ellos los que manejen la Federación», explica otra fuente familiarizada con un proceso fugaz en el que la candidatura de Juanma Morales ha trabajado como si fuese a puerta fría. «Vamos a ver si somos capaces de llegar. De lo contrario, no hay nada que hacer. Hasta mañana (martes) tenemos la posibilidad de pelear», comentan desde el círculo de una candidatura que ha sido eso.
Un grupo de profesionales hablando de un propósito específico que aparece en su programa: «Transformar el actual funcionamiento e imagen pública de la RFEF en una organización basada en la transparencia, profesionalidad y buen gobierno a través de una gestión profesional ejemplar que permita un desarrollo económico sostenible que revertirá en más recursos para la promoción y desarrollo de nuestro deporte, especialmente del fútbol base». Para ello, esta candidatura, «pretende dejar como legado una organización ejemplar en el plano deportivo, reputacional y económico que culminará con una organización de la Copa del Mundo de Fútbol 2030 de referencia para el fútbol mundial».
Pero conforme han ido pasando los días, Morales, y su equipo, conocedor en algunos perfiles del sistema electoral, se han ido topando con la reorganización del sistema desde dentro. El propio aspirante publicaba, tras conocerse el auto de la Audiencia Nacional que negaba la última vía a Rocha, que este resaltaba «los valores deportivos como objeto de protección en la Ley del Deporte y la incoherencia que sería permitir presentarse a este proceso electoral a quien ha sido inhabilitado».
En su posicionamiento, el CEO del grupo IFA también apunta a Louzán sin nombrarlo. «No debemos permitir más situaciones de inseguridad, provisionalidad o interinidad en el cargo de presidente de la RFEF. Ni el fútbol español se lo puede permitir. Nos estamos jugando el futuro y el prestigio de nuestro fútbol. No podemos dejarlo en manos de aquellos que con sus actos se han situado en el lado contrario a la ley, siendo por ello inhabilitados», explicaba el candidato quien pedía «una oportunidad única de dotar de aire fresco a esta institución con un equipo renovado y un programa capaz de llevar a la Federación al nivel de sus recientes resultados deportivos». Un convencimiento que tratará de trasladar en las últimas horas de la carrera más importante de este proceso: la de los avales, la única que permitirá que existan, efectivamente, unas elecciones.