«Ha demostrado que no tiene miedo». Hasta Hansi Flick, entrenador experto, a punto de cumplir los 60 años, quedó asombrado por la aparición de Toni Fernández, el segundo jugador más joven de la historia en debutar con la camiseta del Barça, solo superado por Lamine Yamal.
Toni, nacido en Rubí, formado inicialmente en la cantera del Espanyol, esculpido luego en La Masía (llegó siendo alevín), es primo de Guille Fernández, una saga familiar que tiene con los ojos bien abiertos a los técnicos de la estructura formativa azulgrana. Y a Flick, que se los llevó a los dos adolescentes a Estados Unidos formando parte de una numerosa lista de 31 jugadores que participó en la gira veraniega, tenía ganas de abrirle la puerta.
El penalti al City
Allí, con un penalti, el que marcó al City de Guardiola para darle el triunfo, sorprendió a todos. Flick, incluido. ¿Por qué? Porque caminando se presentó a ese diminuto punto blanco lleno de cal. Cinco tranquilos pasos, lentos, ni una sola carrera y luego toneladas de sangre fría para desplegar su delicada pierna izquierda engañando con dulzura a Stefan Ortega, el meta ‘citizen’.
Fue cuando Guardiola dijo: «Me gusta mucho el Barça de Flick». Fue cuando Flick dijo: «Estoy muy orgulloso de los jóvenes». Y ahí, claro, estaban incluidos ‘los Fernández’.
Toni (nació el 15 de julio de 2008 cuando Guardiola llegaba al banquillo del Camp Nou) ha pasado por delante de Guille (nacido el 18 de junio del mismo año), a quien se le espera también pronto porque Hansi, que conocía bien la cantera del Barça antes de llegar a su nuevo destino, no mira el documento nacional de identidad.
Es el sexto debutante tras Andrés Cuenca, Sergi Domínguez, Marc Bernal, Gerard Martín y Pau Víctor. «Ha demostrado que tiene un gran talento y que no tiene miedo», recordó luego el alemán, sorprendido de que ese zurdo inteligente, creativo y, sobre todo, lleno de picardía lanzara los dos primeros saques de esquina que hubo en los nueve minutos finales de partido que jugó en Barbastro tras suplir a Pablo Torre.
Jugó Toni Fernández (16 años y 173 días) con autoridad, a pesar de que estuvo esperando casi tres minutos a tocar el primer balón, anclado como quedó en la banda derecha, la casa de Lamine, quien se estrenó con el Barça de Xavi teniendo solo 15 años y 291 días. El balón iba en ese tramo del partido por el flanco izquierdo, mientras él, paciente, aguardaba a que llegara a su territorio.
«Toni tiene una calidad tremenda»
A la segunda pelota que tocó rasgó con venenosa delicadeza a la defensa del Barbastro permitiendo una internada de Fermín, cuyo excelente centro fue rematado, de forma floja, por un inestable Ansu Fati. «Toni es increíble, tiene una calidad tremenda», contó también asombrado Ronald Araujo, el central uruguayo que lució el brazalete de capitán en la Copa. «En los entrenamientos siempre te encara, ¡es tremendo!», dijo el defensa.
Solo hay que recordar una jugada, ya en los últimos instantes ante el Barbastro. Apenas quedaban tres minutos. Y el zurdo, que jugaba por la banda derecha, se vino al centro del campo para convertirse en centrocampista ofensivo ofreciéndole una línea de pase a Eric García.
Éste lo vió, el joven recibió y giró hacia la portería aragonesa con una conducción elegante dejando después un hermoso pase interior para Fermín, el improvisado delantero centro que se inventó Flick para darle media hora de descanso a Lewandowski.
El pase de Toni Fernández, con la zurda, claro, llevaba la velocidad adecuada y situó solo al joven andaluz en el área del Barbastro, aunque su remate topó con el cuerpo de Víctor Méndez, el meta suplente. Quiso irse de su estreno como entró, lanzando el tercer y último córner antes de meterse en el vestuario de Barbastro para digerir con normalidad lo que no es nada normal.
«Ha cogido el balón y ha ido a chutar el córner. Así que es bueno verlo de vuelta porque también estuvo mucho tiempo lesionado», recordó luego Flick, impresionado como todos porque un chico de 16 años debute con el Barça, algo que, sin embargo, se ha convertido, en casi habitual porque ahí está el también asombroso caso de Pau Cubarsí (17 años y 50 partidos oficiales ya con el primer equipo).
