Rodri Hernández, ganador del Balón de Oro, fue el primer jugador de élite en denunciar la carga de partidos y poner sobre la mesa una amenaza de huelga. «Estamos cerca de eso. Si preguntas a cualquier jugador, te dirá lo mismo. Es una opinión general. Va a llegar un momento en el que no tengamos otra opción. Es algo que nos preocupa, porque somos nosotros los que sufrimos», declaraba el jugador del Manchester City y de la selección, un discurso difundido y aplaudido por FIFPRO, el sindicato de futbolistas que viene de firmar un acuerdo para que el colectivo tenga un asiento en el comité ejecutivo de la UEFA.
La tensión con la FIFA por su toma de decisiones
Detrás de Rodri, llegaron un sinfín de voces críticas contra el extenuante calendario, que, además, escapaba por completo de la decisión de los protagonistas del juego. «Es irrespetuoso e insoportable que no exista un diálogo social con las organizaciones que representan a los jugadores. La FIFA se niega a escuchar y comprometerse con los futbolistas, el principal recurso laboral de nuestra industria, que están ahí, en el terreno de juego, siendo el motor de la cultura del entretenimiento. En vísperas de la peor temporada de su historia en cuanto a carga de trabajo, muchos han decidido hablar en público con el mismo mensaje: ya basta», criticaba David Terrier, presidente de FIFPRO Europa
Lo hizo en la presentación de una denuncia de las ligas y los sindicatos en la Comisión Europea contra la imposición del calendario internacional por parte de la FIFA. La UEFA, con la que la organización ha alcanzado un acuerdo, estaba igualmente en el foco de las críticas, sobre todo después del aumento de encuentros de la Champions. Lo que la comunidad de jugadores consideraba inaudito es estar fuera de los órganos de decisión de cuestiones que les afectan directamente.
La argumentación de la FIFA siempre ha sido la misma: que cumplen con la normativa vigente y que existe un consenso general. Así, por ejemplo, el calendario se pactó en el Consejo de la FIFA «y se decidió por unanimidad gracias a la representación de todos los continentes, incluida Europa, tras una consulta exhaustiva e inclusiva, que incluyó a FIFPRO y organismos de las ligas«. Por tanto, para la entidad que preside Gianni Infantino, «el calendario es el único instrumento para garantizar que el fútbol internacional pueda seguir sobreviviendo, coexistiendo y prosperando junto a fútbol de clubes nacional y continental».
La UEFA quiere evitar que los jugadores se ‘borren’ de las seleciones
Sin embargo, la creación del nuevo Mundial de Clubes, con 32 equipos, y que añade un mes más de competición, causó un terremoto, con la oposición pública de Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, uno de los participantes en el torneo. Aunque la huelga no ha pasado de ser una amenaza, es la primera vez que, a nivel mundial, se plantea el recurso de autoridad. Una presión que ha dado su primer fruto con el acuerdo suscrito por David Terrier, presidente de FIFPRO Europa, y Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA.
El pacto fue suscrito en París, en el contexto del Balón de Oro. Según el mismo, un representante del sindicato formará parte del comité ejecutivo del organismo europeo a partir de mayo de 2025 como supervisor, sin voto, y en 2026 ya tendrá capacidad de decisión «La UEFA se ha comprometido a involucrar a FIFPRO Europa en cualquier decisión que pueda afectar a las condiciones laborales de los jugadores o en cualquier posible reforma de la competición que pueda afectar a la carga de trabajo de los futbolistas», asegura la organización sindical, quien tendrá que dar el ‘ok’ sobre las «reformas en las estructuras de las competiciones, cuando se produzcan aumentos de los partidos programados».
En la estructura de deberes y obligaciones, la UEFA pide a FIFPRO que «reafirme la importancia de las competiciones de las selecciones nacionales, como fuente primaria de solidaridad para el sector en Europa» y que no se «comprometa el derecho de los jugadores a ser convocados». Esta petición llega después de las múltiples bajas que se produjeron en el último parón de selecciones, donde varios jugadores importantes, como Kylian Mbappé, se borraron de los partidos programados para la Nations League. Fruto de este intercambio de responsabilidades, miembros de la UEFA también estarán presentes en las asambleas de FIFPRO, un sindicato que, a nivel mundial, se encuentra en fase de interinidad tras la salida de David Aganzo.
Como objetivos comunes, los jugadores y la UEFA «continuarán con el apoyo y los programas dedicados a desarrollar aún más el fútbol femenino, especialmente en términos de estándares mínimos e igualdad de condiciones de empleo y vida». Las partes celebrarán una reunión de alto nivel al menos una vez al año, con el objetivo de revisar las cláusulas y evaluar el trabajo hecho. Un paso adelante en la reivindicación de los futbolistas en un contexto de tensión donde su poder de influencia, como principales generadores de la industria, es cada vez mayor.