En el fútbol se suele caer demasiado en el tópico de atribuir la categoría de «final» a cualquier encuentro más o menos importante. En el caso del duelo de este miércoles en el RCDE Stadium (21.30 horas) no se exageraría lo más mínimo si se califica así la cita entre el Espanyol y el Valencia, dos clubs en tremendos apuros que siguen caminos paralelos en su desgracia. El que gane tomará oxígeno en su larga lucha, el que pierda puede vivir un cataclismo empezando por un movimiento sísmico en el banquillo.
El último de la Liga, el equipo dirigido por Rubén Baraja, que se mantiene en el cargo porque el dueño Peter Lim quiere evitarse por todos los medios el pago del finiquito, y el antepenúltimo, el Espanyol de un Manolo González en el alambre, se enfrentan en un dramático pulso previsto inicialmente para el sábado 9 de noviembre a las 18.30 horas. La DANA obligó a aplazarlo hasta este miércoles a las 21.30, un «horario criminal» que afectará a la afluencia de público al estadio.
¿Navidad fuera del descenso?
Uno de los enfermos saldrá aliviado de la batalla, mientras el otro quedará herido de muerte. Los levantinos suman tres derrotas consecutivas en la Liga, mientras los catalanes necesitan recuperar la versión que les llevó al éxito ante el Celta. «Para mí es una final, como todos los partidos que nos quedan ya. Cada encuentro es clave para intentar ganar y salir del descenso. Sería importante a nivel de moral irse a Navidad fuera del descenso«, aseguró este martes el técnico perico.
El preparador gallego, acostumbrado a vivir bajo presión, no quiso dramatizar en exceso. «No he tenido ningún partido fácil aquí. Si el día de Gijón no ganas, o vas a Oviedo y pierdes no estás en Primera, más a vida o muerte que eso es complicado. Queda mucha Liga por delante, pero estos son partidos para dar un plus. No podemos fallar», remarcó Manolo.
Sin Pol Lozano
El técnico insistió en el orgullo que supone para él pilotar el cuadro blanquiazul: «Nunca me arrepentiré de entrenar al Espanyol. Yo ya sabía lo que había, que sería así. Lo único que quiero es hacer mi trabajo lo mejor posible, dejarme la piel para que el Espanyol esté en Primera el año que viene».
«Nunca me arrepentiré de entrenar al Espanyol. Ya sabía lo que había, que sería así. Lo único que quiero es hacer mi trabajo lo mejor posible, dejarme la piel para que el Espanyol esté en Primera el año que viene»
Manolo tendrá la baja crucial del amonestado Pol Lozano en el centro del campo. Jofre y Omar, en cambio, regresarán al once. El técnico sabe que «no hay soluciones milagrosas», pero sabe que el guion puede venir determinado por dos factores claves: «contundencia y acierto».
La victoria es la mejor solución para calmar todos los males. De estos tres puntos ante el Valencia puede depender el inmediato desarrollo del curso. «Espero poder dormir. No he matado a nadie, así que tengo la conciencia tranquila», concluyó el míster perico.