Estoy hasta las narices de regalar cosas


La vida en el Espanyol siempre suele ser complicada. Las alegrías duran poco y las decepciones abundan, como la sufrida el pasada martes en ante el Barbastro, un equipo de la cuarta categoría del fútbol espanyol que dejo fuera a los pericos de la Copa cuatro días después del subidón vivido en Cornellà ante el Celta en un pulso en el que Manolo González se jugaba algo más que tres puntos. Este lunes toca nueva prueba en el campo del Getafe, un rival directo en esa durísima travesía hacia la permanencia. 

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