El siguiente en marcharse será Novak Djokovic. Y se acabará el reinado de los componentes del Big Three que ha capitalizado los triunfos más grandes de las últimas dos décadas. Los números son tan abrumadores como indiscutibles. Solo han cedido migajas, los muy miserables. Ahora se ha abierto la barra libre en el circuito masculino.
Djokovic tiene 37 años, y cualquier día puede anunciar que toma el camino de sus rivales y amigos, obligados los dos por las lesiones de una larguísima y dura carrera en la cima. Las retiradas han sido forzadas por unas articulaciones maltrechas que han corrido, frenado, saltado y flexionado en tierra, cemento, hierba, moqueta, duras y blandas, secas y húmedas. No se le desea el mismo final, quede escrito.
Roger Federer (Basilea, 8 de agosto de 1981), el mayor, entró el primero en el circuito profesional en 1998 y deshizo el trío en septiembre de 2022, a los 41 años. Al lado de Nadal, llorosos ambos en la despedida del suizo en Londres, cerraron su rivalidad en las pistas para abonar su amistad (y algún anuncio publicitario) fuera de ellas.
La cabeza ilesa
Rafael Nadal Parera (Manacor, 3 de junio de 1986) lo deja a los 38 años, con un cuerpo aún más malherido que Federer. Su juego es más explosivo y volcánico y lo ha exprimido tanto -el psoas iliaco, recóndito, ha sido la última lisiadura- que el mallorquín ha vivido una tortura que ha agotado su privilegiada cabeza, la única parte del cuerpo ilesa.
La cabeza que le permitirá controlar las emociones y las limitaciones en su anunciada despedida en la Copa Davis. La que le impulsó a ganar a los 15 años, en 2002, el primer partido en un torneo oficial de la ATP y a abrirse camino con señalados triunfos en 2003 antes de su entrada definitiva en el circuito en 2004. El año en el que soltaba los primeros palazos Novak Djokovic (22 de mayo de 1987, Belgrado), que perdió en su debut, en su estreno en Australia y que no levantó ninguna copa hasta 2006. Cuando Federer ya había conquistado 9 Grand Slams y Nadal contaba 2. Los ha superado a ambos.
Números aplastantes
Vayamos a los números, que para gustos, los colores. Djokovic ha ganado 24 grandes, Nadal 22 y Federer, 20. Entre ellos han conquistado 66 Grand Slams de los 83 que se han disputado en las dos últimas décadas. Sale impar porque la edición de Wimbledon de 2020 se canceló por la epidemia mundial del covid-19.
El dominio aplastante, avasallador, acomplejante es tal que, por ejemplo, durante ocho años (2006, 2007, 2008, 2010, 2011 y el rejuvenecimiento final de 2017, 2018 y 2019), esos tres tipos se llevaron los cuatro grandes de la temporada: Australia, Roland Garros, Wimbledon y US Open. No solo eso, sino que la mayoría de las veces, el finalista perdedor era uno de ellos.
Durante ocho años, Djokovic, Nadal y Federer se repartieron los cuatro grandes de la temporada.
La reciente sucesión
Federer, Nadal y Djokovic se han cargado un par de generaciones tenísticas. Rascó el suizo Stanislav Wawrinka tres copas (Australia 2014, Roland Garros 2015, Nueva York 2016), dos el escocés Andy Murray (US Open 2012, Wimbledon 2013) y vivieron el cénit de su gloria con un grande los argentinos Gastón Gaudio, y Juan Martín Del Potro, el croata Mario Cilic y el austriaco Dominic Thiem.
Federer resquebrajó la trinidad con su marcha y por esa rendija se coló el ruso Daniil Medvedev y, a continuación, el arrollador Carlos Alcaraz, que ya posee cuatro Grand Slams con 21 años y el italiano Jannik Sinner, que ha inaugurado su cuenta este año. Los dos se han repartido las presas de 2024: Sinner se llevó Australia y US Open y Alcaraz, los dos centrales de Roland Garros y Wimbledon.
A ellos les pertenece el presente. Tendrán el camino libre cuando Djokovic se aparte.
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