El examen es de aúpa. Por el escenario, la Intercontinental concede el honor de ser considerado el mejor del mundo, por el rival, todo un Real Madrid, y por el premio, un par de millones de euros en juego. Pero lo de encarar exámenes es algo que le sonará conocido a gran parte de la plantilla de los Tuzos de Pachuca, equipo que forma parte del conglomerado de Jesús Martínez junto al Real Oviedo, León y Everton. El Pachuca es el más claro ejemplo de que las inquietudes del Grupo van más allá de lo que se dirime en un terreno de juego.
Para Jesús Martínez, la Universidad del Fútbol, que aglutina estudiantes de todo México e incluso del extranjero y que está en manos de Gabriela Murguía -la esposa de Martínez-, es algo así como la joya de su corona. Una institución que ocupa catorce hectáreas de terreno a unos 10 minutos en coche de Hidalgo, la capital del estado de Pachuca. En sus instalaciones se forman más de 2.000 alumnos, con una oferta educacional que va desde Primaria a diversas licenciaturas, además de posgrados. Es el orgullo del Grupo, por su labor de formación y, también, los puestos de trabajo que genera. Y la ilusión es exportarlo «algún día» a Oviedo.
Y lo Tuzos son un buen ejemplo de cómo predicar con el ejemplo. En la actual plantilla a las órdenes de Guillermo Almada, hay ocho futbolistas que estudian en la Universidad del Fútbol. Alonso Aceves, José Ángel Eulogio y Owen González cursan Ciencias del Deporte, mientras que Jorge Berlanga, Alexei Domínguez, Bryan González, Elías Montiel y Carlos Adrián Sánchez están matriculados en Administración. A ellos, hay que sumarles a Israel Luna y a Alan Bautista, que ya se han licenciado de Administración y Ciencias del Deporte, respectivamente.
El paso por la Universidad es un buen ejemplo de los cuidados que Pachuca dispensa a sus jóvenes talentos. Desde su entrada en la cantera (fuerzas básicas para ellos) la labor formativa engloba todos los frentes. También en sus trescientas Academias a lo largo y ancho de todo México. Está la labor social, pero, como es lógico, también hay un negocio de fondo: la filosofía del rival del Madrid es la de pulir desde pequeños para, una vez formado el futbolista, vender por millonadas. Europa, Sudámerica y los más poderosos de México se han convertido en habituales compradores del talento Tuzo.
De su Academia ha salido para el mundo futbolistas de talla internacional, como Hirving Lozano, de vuelta ahora en el PSV tras triunfar en el exigente Calcio con el Nápoles. No parece casual que se les conozca como «la cantera de México».
No tendrá enfrente hoy el Madrid al rival más temible en lo futbolístico, pero sí un conjunto diferente, espoleado por los jóvenes, apuntalado por veteranos y con una filosofía a contracorriente. «Aquello niños que llegaron a Pachuca con diez años ahora son hombrecitos que pelean por la Intercontinental contra el Madrid», explicó Jesús Martínez a LA NUEVA ESPAÑA en su reciente entrevista. Y no hay mejor definición para el aspirante a chafarle a Mbappé su primer trofeo como blanco.
Nexo con el Oviedo
Los lazos de Pachuca con Oviedo se entienden a través de Jesús Martínez, dueño de ambos clubes, y continúan con Martín Peláez, presidente azul y exvicepresidente de los Tuzos. Y cuenta con dos ejemplos más sobre el terreno de juego: Borja Bastón y Alonso Aceves, que en principio no estarán en el once para enfrentarse al Madrid hoy.
Bastón cuajó en el Oviedo como un delantero de referencia, con 40 goles en sus tres temporadas en el Tartiere, especialmente exitosa la primera de ellas, cuando con 22 dianas compartió el trofeo Pichichi con Stuani. Dejó el Oviedo el pasado verano para seguir su carrera en Pachuca. Aceves tuvo menos recorrido, la primera mitad del campeonato 22/23 en la que jugó diez choques.
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