Había aplazado Hansi Flick su reflexión sobre la primera tarjeta roja de su carrera y su primera sanción por dos partidos. Conocido el castigo, irreversible, que deberá cumplir ante el Leganés, este domingo (21 h.) y el próximo sábado ante el Atlético, opinó.
«Voy a tomar un sorbo de agua», adelantó al escuchar la pregunta, tal vez para ganar unos segundos de reflexión, quizá porque iba a explayarse tanto que necesitaba una hidratación extra. Se aprestaba a dar una de las respuestas más largas de las que ha expresado en la sala de prensa.
Dos reflexiones y un mensaje
Repitió dos puntos clave: la aceptación de la sanción, con un punto de asunción de culpa -«tendré que trabajar en mi comportamiento»- y la necesidad de asumir todas las decisiones arbitrales por muy injustas que parezcan. Él y los jugadores. «Siempre les digo que si pensamos que el árbitro no ha tomado una decisión correcta, tenemos que aceptarla y empezar a jugar mejor», explicó.
Dicho lo cual, Flick deseaba ofrecer otra reflexión, asumiendo que está adaptándose a un habitat nuevo. «Es una liga diferente a la que estaba acostumbrado y ya me he llevado mi roja, dos partidos de sanción y lo acepto», decía, aunque ya podido observar las frecuentes polémicas que salpican al campeonato, y no solo con los grandes y el vocerío que producen. A continuación venía el pero: «Lo único que quiero es que los árbitros piten de la misma manera en todos los partidos y decidan lo mismo con todos los equipos, no solo con el Barça».
Flick ha podido ver el comportamiento de sus colegas y los excesos que se cometen en las áreas técnicas. Renunció a las comparaciones. Él aclaró que en el Villamarín intentó hablar con Frenkie [De Jong] «para explicarle lo que estaba pasando» y que al ver a Muñiz Ruiz pitar el penalti, se enfadó.
«Mi reacción no fue tan exagerada», decía este sábado, cuando ya se ha dado cuenta de que aún tendría que haber sido «más suave». Se lamentaba además el técnico de que su discurso desde la pretemporada a los jugadores es que ignoren a los árbitros y «no gasten energía en lo que no podemos incidir» y él se ha convertido en un mal ejemplo con la sanción. Esta temporada sólo han sido expulsados Ferran Torres en Girona (roja directa por una entrada) y Marc Casadó en Vigo (por dos amarillas).