Esperar. «Es lo único que podemos hacer», decía Hansi Flick. Esperar a ver si el Consejo Superior de Deportes responde afirmativamente a la petición de la medida cautelarísima pedida por el Barça para que Dani Olmo y Pau Víctor pueden jugar frente al Athletic. El entrenador del Barça se declaró positivo y confiado en las gestiones del club, pero tiene el plan preparado para una alineación sin ellos. Sin Olmo, básicamente, relegado Víctor al papel de recambio en los minutos añadidos.
Flick esperará, pero no ha esperado en proclamar el mensaje que desea lanzar. Primero al equipo, luego al club y más tarde a la hinchada, entre la que se encuentra la creciente masa social que está en contra de Joan Laporta por su gestión. «Tenemos que aceptar las circunstancias que hay, pero eso nos da la oportunidad de apelar a la unidad y demostrar que somos un equipo», subrayó el técnico tras reconocer que se vivía un momento «difícil», por la decepción de Olmo y Víctor, privados de la ficha federativa; de sus compañeros al ver la inseguridad que se cierne sobre la plantilla y para el entrenador que pierde dos elementos «que pueden cambiar un partido». «Les echaremos de menos», añadió, confiando poco en tenerles a punto para el primer encuentro.
Flick, en cambio, se sentía satisfecho ante la posibilidad de contar con Lamine Yamal. Se lesionó el 15 de diciembre y le pronosticaron cerca de un mes para reaparecer. Ha acumulado tres entrenamientos con el grupo, y recibirá el alta poco antes del encuentro salvo que se resintiera del último esfuerzo en la sesión preparatoria. Sonrió el técnico cuando supo que Nico Williams no se había entrenado con todos y que su concurso era dudoso. «Hablamos de equipos, me gusta hablar de equipos, no de jugadores», se corrigió.
La reflexión de Raphinha y Flick
Salvo los lesionados, toda la plantilla está «preparada» para pelear por la Supercopa de España, que podría ser el primer título de la temporada. «Sería muy bueno para todos», decían, aunque después de batir a Athletic tocaría ganar la final ante el vencedor del Madrid-Mallorca. Ese título ayudaría a paliar la pérdida de reputación del Barça por el caso Olmo. Ante la posibilidad de que futuros fichajes renunciar a venir al club azulgrana, Flick les diría que «es increíble jugar en el Barça y convivir con la gente que nos rodea».
Raphinha, previamente, había lanzado una reflexión de doble signo: «Si yo estuviera en otro club y viera la situación que están viviendo Pau y Dani seguramente me lo pensaría, si vengo aquí o a otro club». Sin embargo, había un pero que cambiaba el sentido de la apreeciación: «Cuando yo fiché por el Barça sabía la situación que había en el club, vi que tenía un porcentaje de posibilidades de jugar con esta camiseta y esperé hasta el último momento y no me arrepiento de nada». Tres años después, es uno de los capitanes y uno de los futbolistas más valorados.