Nuevo episodio de violencia ultra en el fútbol español. Esta vez, como en los últimos incidentes registrados en A Coruña y protagonizados por los radicales del Málaga (el Frente Bokeron), los hechos se desarrollaron tras un partido de LaLiga Hypermotion. Es decir, de la segunda división española. En esta ocasión, el suceso tuvo lugar en Santander.
El pasado fin de semana se disputó, en los Campos de Sport de El Sardinero, el encuentro entre el equipo local, el Racing de Santander (flamante líder) contra el Burgos. Un enfrentamiento que arrastra una gran rivalidad entre hinchadas y que acabó con los cántabros imponiéndose a los castellanos por dos goles a cero.
Tras el partido, tal y como informa El Diario Montañés, un grupo de aficionados burgaleses fue increpado por hinchas locales, que celebraban la victoria de su equipo en la santanderina plaza de Puertochico. Fue en torno a las dos de la madrugada. Unas provocaciones que pasaron a las agresiones físicas en cuestión de segundos. Según esta información, un estudiante burgalés que formaba parte de la expedición de aficionados del Burgos fue violentamente atacado.
«Fueron a por él»
«El chico con el que se metían no hizo nada, no entró al juego. Sin embargo, los agresores fueron a por él», declaró al rotativo cántabro Isabella López-Tapia, una sanitaria vasca que trabaja en Cantabria y que atendió al herido. Porque, según la versión de los testigos, los agresores «lo tiraron al suelo y le dieron puñetazos y patadas. Cuando la víctima consiguió liberarse, el agresor le dio un puñetazo fuerte en la cabeza y el chico impactó contra el suelo quedando inconsciente. Y le siguieron pegando».
La enfermera asegura que les gritó para que cesaran la agresión, pero hicieron caso omiso a sus advertencias. Tras el brutal golpe, los agresores salieron huyendo y la enfermera se acercó hasta el joven agredido: «Estaba inconsciente, regurgitando por la boca y sin pulso. Tenía una herida grande en la cabeza y empezó a sangrar por la nariz, por lo que supe enseguida que se trataba de una herida grave«, explica la sanitaria.
Tras iniciar los primeros auxilios, la enfermera se dispuso a realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar. En ese momento, «la víctima tomó aire e inició la consciencia», según asegura la testigo, que iba acompañada con su amiga, psicóloga, que procedió a atender a los amigos de la víctima, «que estaban muy nerviosos, con ataques de ansiedad».
La sanitaria de Getxo contó al diario que se quedó «impresionada por la maldad empleada para la brutal agresión», y no se explica «que sea posible seguir pegando en el suelo a alguien que yace inconsciente y que no responde a las patadas y los golpes». Este testimonio prosigue asegurando que los agresores «huyeron dejándo el tirado en el suelo». Y que aunque la Policía Nacional se personó en el lugar de los hechos, «ha cerrado la investigación porque no hay denuncia y las lesiones del joven finalmente no revisten gravedad».
Crimen a las espaldas
El Burgos cuenta con una de las hinchadas radicales más conflictivas de segunda división. Un grupo llamado Resaca Castellana, de extrema izquierda, que se ha visto inmerso en numerosas peleas contra aficiones rivales en los últimos años. De hecho, el pasado mes de febrero fue detenido un ultra de Mancebos, una facción de esta hinchada radical, por matar de un puñetazo a un joven en Valladolid, tal y como informó EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.
Sin embargo, este diario también asegura que el agredido en Puertochico este fin de semana es «un estudiante burgalés que reside en Cantabria, que recibió el fin de semana la visita de unos amigos procedentes de Burgos y que aprovecharon el desplazamiento de su equipo a Santander para ir a ver el partido».
El Racing de Santander, por su parte, también cuenta con un nutrido de aficionados radicales, de nombre Juventudes Verdiblancas, que ha motivado que algunos de sus desplazamientos, como el que llevó a su equipo a RIazor para enfrentarse al Deportivo de La Coruña, fuese decretado partido de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia. Sin embargo, este grupo ultra no ha reivindicado esta agresión en sus redes sociales.