La decisión de la junta directiva del FC Barcelona de volver a convocar de forma telemática a los socios para la Asamblea de Compromisarios ha llenado de indignación a todos aquellos barcelonistas que suelen fiscalizar al gobierno de Joan Laporta. Opositores y grupos de opinión ya habían reclamado que la junta convocara una asamblea presencial, o cuanto menos híbrida, y dejara atrás la puesta en escena propia de los tiempos de pandemia. El presidente ha hecho oídos sordos y ha citado a los compromisarios para el 19 de octubre, un día antes del Barça-Sevilla de Liga, evitando el contacto directo con la masa social.
“¿A qué tiene miedo el presidente Laporta?”, se ha preguntado Víctor Font, cara más visible de la alternativa al mandatario actual, a través de un comunicado. “Es absolutamente una línea roja. La junta silencia a los socios”, ha lamentado a EL PERIÓDICO el financiero Marc Ciria, quien ha encabezado varios actos públicos para dar a conocer soluciones a los problemas económicos del club. “Estoy frontalmente en contra de esta decisión. Daña la democracia del club”, ha criticado el aspirante a la presidencia Jordi Termes en declaraciones a este diario. “La decisión de la junta directiva es indefendible. No hay argumentos que la justifiquen”, precisan desde Som un Clam, movimiento que en principio encabeza Joan Camprubí Montal, nieto del expresidente Agustí Montal.
Desde la junta directiva se ha justificado por una cuestión de espacio y de ahorro de costes la vía telemática, unos argumentos que no han hecho más que exacerbar los ánimos de los socios que vigilan la controvertida gestión de Laporta. «Pensamos que la Asamblea General Ordinaria, al ser telemática, será más participativa y creemos que será mejor teniendo en cuenta tal y como están las instalaciones del club», ha declarado el presidente esta mañana en un acto de la Fundació Cruyff.
Los grupos de opinión que fueron instrumentales en la caída de Josep Maria Bartomeu se han puesto en contacto entre sí para emitir una nota conjunta muy crítica con la decisión de la junta. “El presidente Laporta no ha querido cumplir con su palabra. Se equivoca. La asamblea debería ser un gran encuentro de barcelonistas, no un mero trámite”, reza. En la asamblea del año pasado, Laporta se comprometió a instancias del expresidente Joan Gaspart a recuperar la normalidad en la siguiente, la de este 2024.
«Falta de respeto al socio»
“El criterio del ahorro es sorprendente, porque no se usa en otras cuestiones, como con el nutrido número de ejecutivos que cobran por ser del Comité de Dirección. No debería ser una excusa para limitar la transparencia, el control y la participación de los socios”, explican, por ejemplo, desde uno de esos grupos, Dignitat Blaugrana. “Que no haya un presupuesto para la asamblea es una falta de respeto al socio total”, corrobora Ciria.
Como recuerda Som un Clam, la pandemia motivó la modificación de las leyes españolas y catalanas del deporte para permitir que las asambleas de entidades deportivas se celebrasen de forma telemática. La ley española ya ha sido modificada para retirar esa excepcionalidad, pero la catalana, aún no. “No podemos utilizar una ley de excepcionalidad que se hizo para mantener viva la democracia en tiempos de aislamiento para ahora usarla contra la democracia del club”, tercia Termes.
Font, a través del comunicado de ‘Sí al futur’, critica que la fórmula elegida por la directiva de Laporta “limita de forma inaceptable el debate y la participación de los propietarios del club” y considera que “el momento de gestión que vive hoy el club requiere de una asamblea con más luces y muchas menos sombras, y sobre todo, un presidente y una junta directiva que no se escondan detrás de una pantalla”.
A la vista de la situación, Font ha hecho un llamamiento «a todo el barcelonismo crítico con esta manera opaca de dirigir el club para coordinarnos y dar una respuesta contundente». Som un Clam, que se presentará en sociedad el próximo 17 de octubre, dos días antes de la asamblea, también plantea «una movilización».
Cuál va a ser esta respuesta está por ver. Desde los grupos de opinión ya plantean localizar compromisarios y que estos se junten en el máximo número posible el día de la Asamblea. Y que le acompañen también cuantos más socios mejor.
La idea sería visualizar a través de la pantalla la indignación que se ha propagado este jueves con la aparición en los diarios de la convocatoria a los compromisarios, solo un día antes de la fecha límite. «Aún espero que la junta recapacite. Está a tiempo», suspira Ciria.