Abraham García Aliaga lleva toda la vida formando profesionales del fútbol. Ahora, como docente, antes como entrenador. Por sus manos han pasado jugadores como Fernando Torres, Juan Mata, De Gea, Koke o Borja Valero, primero en el Real Madrid y después en el Atlético. Siempre ha sentido orgullo por ser un mentor de talento, pero nunca ha querido más protagonismo del necesario. Este segundo plano le deparó una sorpresa en la Ciudad de Fútbol de Las Rozas donde se jugaba la Copa de Campeones 2022 que enfrente a los mejores juveniles de España. «¿Pero quién entrena al Celta, que le está ‘zurrando’ al Barça de esta manera? Madre del amor hermoso, ¡es Claudio!«, recuerda en conversación con este diario.
El grupo de WhatsApp del juvenil que fue campeón en 2006
Ese «Claudio» no es otro que Claudio Giráldez (Porriño, 1988), ahora primer entrenador de los celestes, quien se enfrenta este jueves (21.30) al Real Madrid en octavos de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu, donde intentará aprovechar la crisis de los de Ancelotti desatada por la Supercopa. Será la primera vez del gallego en el estadio blanco… como entrenador: «Es uno de los campos que me faltaba por estrenarse. Vamos convencidos de pasar la eliminatoria, pero yo quedo en un segundo lugar. Es un partido especial por mi pasado, por el rival, pero sobre todo por estar entrenando al equipo de mi vida, el Celta«.
Con esta declaración en la rueda de prensa se cuenta a la perfección la historia de Giráldez, quien con 13 años dejó Galicia para irse a la cantera del Real Madrid, donde coincidió con Abraham García, quien después se lo llevaría al filial del Atlético. Es, dicho por el propio entrenador del Celta, la persona que más confió en él durante una carrera como jugador que fue corta. Se retiró con apenas 31 años en el equipo de su localidad natal, el Porriño Industrial, con el que compitió cinco temporadas en Preferente. No pensó cuál sería el siguiente paso. Rápidamente, asumió las riendas del Juvenil B del Celta.
Con el de División de Honor, que tanto impresionó a su tutor, arrasó en su grupo y solo el Barça de Casadó, que se alzaría con la Copa de Campeones ese año, frenó su avance. Lo hizo por un escueto 3-4 que premió el mayor acierto de los azulgranas. Giráldez sabía bien lo que era competir en un torneo que ganó en 2006 con el juvenil del Real Madrid de Alejandro Menéndez, otro nombre de recuerdo en el celtismo, porque hizo debutar a Iago Aspas.
El técnico asturiano se coronó con un once formado por Adán; Pelayos, Ortega, Parra, Mateos; Lora, Juanmi; Giráldez, Alberto Bueno, Granero; y Mata. Los cambios fueron Callejón, Rayco y Mosquera, el otro futbolista gallego que, junto a Giráldez, había llegado a La Fábrica. Aquella generación todavía tiene un grupo de WhatsApp que celebró el ascenso al primer equipo de un lateral polivalente que también actuaba de interior por su capacidad para buscarse el pan entre líneas.
La inteligencia de Giráldez compensó sus defectos
«Claudio era un chico que estudiaba y sacaba todo sobresalientes. Demostraba una inteligencia sin igual, que no era cuestión de hincar codos, sino de tener la capacidad que tenía para procesar la información. Y eso le ayudó. Era un jugador lento, pero obtenía todo el rendimiento posible gracias a su enorme inteligencia. Era un futbolista con una muy buena zurda, con calidad, que conocía el juego y que sabía leerlo, ya tenía madera de entrenador», explica Abraham García sobre el Giráldez jugador. Debido a su extrema intuición y mentalidad logró hacerse un hueco a pesar de no tener las características físicas que se han extremado en la actualidad, convirtiendo a los jugadores de su corte en extintos.
Esa «madera de entrenador» se convirtió en fuego, porque apenas dos años después de aquella copa juvenil, Claudio Giráldez asumía las riendas del club de su vida, el Celta, en unas circunstancias complicadas. En el año de su centenario, el club gallego hizo una apuesta que el sector de los entrenadores consideró extraña. Fichó a Rafa Benítez, un técnico veterano con un extenso palmarés, pero que nada tiene que ver con el perfil del técnico actual, que convirtió su interinidad desde el filial, el Celta Fortuna, en definitiva. Porque si por algo ha destacado el club celeste es por el valor que le ha aportado A Madroa y que Giráldez conoce a la perfección. No solo eso, sino que está convencido de que es el presente del club.
Lo ha demostrado con hechos que tienen nombres y apellidos, como son los de Damián Rodríguez, Javi Rodríguez, Yoel Lago o Fer López que han debutado de su mano. A esto hay que sumarle la consolidación de los ‘Hugos’ (Sotelo y Álvarez), Pablo Durán, Carlos Domínguez… La lista es tan grande como Giráldez quiera imaginarla, porque algunos de estos nombres ya estaban con él en el juvenil que asombró a Abraham García, como después hizo su Fortuna, el filial, que pese al trasvase al primer equipo lleva varias temporadas a un nivel altísimo. La pasada temporada luchó hasta el final por ascender a Segunda.
Giráldez, una revolución para la identidad del Celta
«Es un regalo para la cantera del Celta, tienen una suerte inmensa», reconoce un formador al que le faltó la suerte que se necesita en estos procesos para dar el salto. Abraham García estaba en la estructura del Real Madrid cuando el Castilla de Míchel desciende (2006/2007) y era entrenador del filial del Atlético cuando el club rojiblanco decide destituir a Javier Aguirre (2008/2009). En ocasiones se alinean los astros y se desencadena el cambio «en un fútbol que no pasa de ser muchas veces un mero negocio, por lo que Claudio es un regalo de Dios. Lo mejor que le pudo haber pasado al Celta».
La revolución de Giráldez no se expresa solo en términos de victoria ni siquiera por los éxitos de la cantera. El entrenador del Celta ha conseguido renovar la ilusión por un proyecto que el celtismo sentía alejado de su idiosincrasia como afición. Balaídos va de récord en récord de asistencia cada jornada con un ambiente mágico reforzado por el cultivo de la «Afouteza», palabra gallega que significa «disposición de quien actúa sin temor a las dificultades o peligros» y que ha bautizado a la ciudad deportiva del club. Es el apellido de este Celta, al que C-Tangana, declarado celtista, ‘regaló’ su Oliveira Dos Cen Anos, un himno para la eternidad, en la que quiere entrar la camada celeste de Giráldez, y, tomando sus palabras, «qué mejor escenario que en Copa -de la que fue subcampeón dos veces- y en el Bernabéu».
Alineaciones Real Madrid – Celta en Copa del Rey
Octavos de final de la Copa del Rey a partido único.
Alineación Real Madrid: Lunin; Lucas, Asencio, Rüdiger, Fran García; Tchouaméni, Ceballos, Modric, Brahim; Vinicius y Mbappé.
Alineación Celta: Iván Villar; Javi Rodríguez, Starfelt, Marcos Alonso; Mingueza, Moriba, Beltrán, Hugo Álvarez; Pablo Durán, Borja Iglesias y Swedberg.
Árbitro: Munuera Montero (Comité Andaluz).
VAR: Hernández Hernández (Comité Canario).
Hora: 21.30.
Estadio: Bernabéu.
TV: La 1.