En el Pati dels Tarongers del Palau de la Generalitat a las corbatas se le unieron las zapatillas, los gorros de piscina y las medallas. Bajo el sirimiri que incordió a los deportistas mientras se colocaban para la foto de familia, algunos se miraban los metales que lucían colgados del cuello. Hace ya más de un mes que terminaron los Juegos Olímpicos de París, pero siempre es especial reencontrarse con el equipo y el resto de deportistas catalanes que triunfaron en la capital francesa. El acto institucional, presidido por el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, sirvió para volver a poner sobre la mesa el enorme papel didáctico y de referentes vitales que tienen los deportistas en Catalunya, además de reconocer sus éxitos en la cita olímpica.
«¡Viva el deporte catalán!», se ha repetido en más de uno de los discursos que se han pronunciado en la Sala Sant Jordi del edificio noble del Govern. «Todos vosotros, tanto si ganáis medallas como si no ha sido posible en esta ocasión, sois deportistas de élite y un orgullo para el conjunto del país«, relató el presidente de la Generalitat. «El Gobierno que yo represento quiere estar a vuestro lado y reconoceros este hito, para que podáis continuar construyendo una trayectoria de éxitos compartidos con el resto de la sociedad catalana”, añadía Illa bajo la atenta mirada de un anfiteatro lleno de deportistas, entrenadores, representantes de clubes y Federaciones.
En un lugar privilegiado estaban algunos de los medallistas catalanes. Los futbolistas Pau Cubarsí, Joan García, la líder de la natación artística, Iris Tió… Todos ellos con su metal colgado y asintiendo mientras escuchaban los discursos. Una de las primeras en tomar el micrófono fue precisamente la nadadora de sincronizada. «A todos nos gusta mucho el deporte que hacemos, nos implicamos al máximo y damos todo y más. Aun así, hay días que cuesta ir a entrenar. Pero, a pesar de todo, nos sobreponemos y vamos con la mejor actitud posible. Sabemos cuál es el camino para llegar a un hito tan importante como éste», comentaba sincera Tió. «Tener o no tener medalla va de milésimas. Durante todo este proceso, tanto si ganamos como si no, el hecho de dedicarnos tan intensamente a un deporte nos enriquece personalmente, nos aporta una serie de valores y una manera de vivir única«, añadía sincera la deportista, medalla de bronce en la rutina de equipo.
Paridad y salud mental
Por primera vez en la historia de los Juegos Olímpicos, la paridad ha sido un hecho. “Tenemos que continuar dando pasos hacia el reconocimiento y acceso de las mujeres en el mundo deportivo: ya sea como deportistas (la representación en París ha sido un hito) o en cargos de responsabilidad dentro de los clubes y federaciones. Porque la igualdad también es un valor fundamental de Catalunya y del deporte. No tenemos que olvidarlo nunca», se comprometía Salvador Illa en su discurso. «Me comprometo a trabajar para que podamos erradicar toda discriminación hacia las mujeres en el mundo del deporte. Se ha avanzado, pero todos convendremos que todavía hay un camino a hacer”.
El acto, además de los formalismos de rigor y el reconocimiento a cada uno de los deportistas catalanes que asistieron en los Juegos, se han puesto sobre la mesa temas que preocupan tanto a deportistas como al ecosistema que los permite dedicarse al deporte. «Hoy más que nunca tenemos que continuar trabajando por la asignatura pendiente del deporte: la salud mental en el deporte de élite«, enfatizaba Sergio Garrote, oro y bronce en ciclismo adaptado en los últimos Juegos. «Tenemos una exigencia muy alta, estamos sometidos a una exigencia continua y nos tenemos que adaptar a cambios constantes. Si bien es cierto que se van dando pasos, todavía queda mucho para hacer«, zanjó el deportista ante las autoridades.