El problema se está enquistando. Las diferencias entre la directiva de Joan Laporta y la Grada de Animación, formada por cuatro peñas, se hacen cada vez más grandes. El club amenazó esta semana con cerrar este sector de Montjuïc si se producían más incidentes, al tiempo que les instaba a pagar en los próximos 15 días hábiles los 21.000 euros en multas que ha recibido la entidad.
La respuesta de esos aficionados ha sido ubicarse en sus asientos tradicionales del Estadio Olímpico en el gol norte. Pero se han mantenido en silencio. Un silencio que ha durado el primer cuarto de hora de partido. Y sus primeros gritos, ya con el 1-0 de Dani Olmo, fueron contundentes: «¡¡Barça, sí; Laporta, no!!».
No han querido animar en el primer cuarto de hora del derbi, visualizando así el malestar que tienen con la directiva de Laporta.
A diferencia de lo que ocurrió en el encuentro contra el Bayern en el que comparecieron cinco minutos más tarde del inicio, los miembros de esa grada, compuesta por los grupos de Penya Barcelonista Almogàvers, la Penya Barcelonista Front 352, la Penya Barcelonista Nostra Ensenya y los Supporters Barça, sí que estuvieron en la grada.
Pero callados. Esa era su silenciosa manera de protestar ante la junta en un derbi que ya había tenido diversos actos protocolarios antes incluso de comenzar a rodar el balón. Primero Aitana enseñó el Balón de Oro, el segundo consecutivo, aunque no estaban, como inicialmente se había anunciado, escoltada por Salma Paralluelo y Graham Hansen.
Después Lamine Yamal ofreció el trofeo Kopa, otorgado por la revista France Football, que le considera como el mejor talento joven del mundo a la afición azulgrana, quien también asistió al instante en que Lewandowski recogió el premio de mejor jugador del mes de octubre.
Todo antes de ese emotivo minuto de silencio en recuerdo de las víctimas de la DANA, esa catástrofe que ha asolado Valencia. Y el derbi se puso en marcha con la Grada de Animación exhibiendo su protesta contra las medidas adoptadas por Laporta.