Cuando Fernando Alonso llegó a Aston Martin hace dos años se encontró con un equipo modesto, abonado a la Q1, pero con enormes ganas de progresar. La fuerte inversión económica por parte de Lawrence Stroll ha permitido construir un proyecto ambicioso, con instalaciones de última generación y refuerzos de lujo en todas las áreas técnicas. Sin embargo, este esfuerzo no se traduce en éxitos en la pista. Al contrario, después del prometedor 2023, en el que Alonso sumó ocho podios, desafió a Verstappen en circuitos como Mónaco o Canadá y acabó cuarto en el Mundial de pilotos, la escudería dado un paso atrás esta temporada y el piloto asturiano tiene claro que le espera un agónico final de campeonato.
«Llevamos ocho o nueve carreras en la parte trasera, siendo el octavo o noveno equipo. Y seguimos siéndolo. No va a cambiar y ya adelanto que en las tres próximas carreras vamos a estar en la cola de la parrilla«, pronosticó Fernando tras otro fin de semana decepcionante en Brasil, el circuito que le coronó bicampeón del mundo en 2005 y 2006. El asturiano tuvo que arriesgar en condiciones de lluvia para intentar obrar uno de sus «pequeños milagros» para concluir en los puntos. No pudo ser y después de sufrir un fuerte accidente en clasificación, una salida de pista al final de la carrera le hizo caer de la 9ª a la 14ª posición final.
«Cuanto más curvas hay, más nos cuesta. En las rectas solemos ir bastante bien, es sólo acelerar y mantener el volante recto» ironizó en referencia a los problemas del AMR24, un ‘Frankenstein’ que no tracciona, no gira y es un auténtico desastre después de probar sin éxito mil y una combinaciones en su desarrollo. «Está siendo un momento difícil», reconoció Alonso, desolado y también muy dolorido después de completar 69 vueltas con problemas de ‘porpoising’: «Este rebote no es normal».
La crítica de Stroll
Su compañero Lance Stroll, hijo del millonario canadiense que controla las riendas de la escudería de Silverstone, tampoco se muerde la lengua a la hora de diagnosticar los males del coche actual y no esconce sus dudas respecto al rumbo que ha tomado el equipo técnico liderado por Dan Fallows.
«Quizá el camino que hemos tomado en los últimos 10 o 12 meses no haya sido el mejor. Creo que estamos un poco más atrás que hace un año, cuando nos metimos en esa situación difícil y luego nos recuperamos hacia el final del año. Pienso que entonces todavía éramos relativamente más competitivos. Estamos ahora más atrás», considera Lance.
«Es frustrante para todos. Cuando todo empezó en Bahrein en 2023, estábamos luchando por el podio. Siempre estábamos entre los cinco primeros. Está claro que fue mucho más emocionante y prometedor ese campeonato», recuerda sobre su primera temporada junto a Fernando Alonso. «Las actualizaciones no han tenido el efecto que queríamos. No creo que hayamos hecho que el coche sea más rápido desde la primera carrera de la temporada», advierte.
Con todo, el piloto canadiense confía que tarde o temprano la fuerte inversión realizada por su padre acabará dando sus frutos, en especial con la llegada del genio del diseño Adrian Newey en marzo de 2025: «Miro hacia el futuro con un 100 % de optimismo. Las medidas que se tomaron para prepararnos para el futuro sucedieron ayer, por así decirlo… No será un cambio de la noche a la mañana, llevará meses. Pero veo un futuro muy emocionante para Aston Martin», afirma.
Nuevo rumbo
El director de Aston Martin, Mike Krack, empezó el año prometiendo que había aprendido de sus errores en 2023, cuando su monoplaza sufrió un notable bajón de prestaciones después del espectacular inicio de curso protagonizado por Alonso. Sin embargo, como remarca Lance, el actual monoplaza ha ido a peor y las expectativas, después de cerrar la ventaja de evoluciones, les sitúan como el penúltimo equipo de la parrilla, solo por delante de Sauber.
Andy Cowell, que gestionó el éxito de los motores Mercedes durante era híbrida de la F1 y ahora dirige Aston Martin Performance Technologies, no ha tardado en darse cuenta de la gravedad de la situación: «Tenemos que mejorar en todas las áreas. Estamos decepcionados. No he conocido a nadie en el equipo que trate de endulzar las cosas y piense que estamos haciendo grandes cosas aquí», admite.
«Por el momento no hay ningún departamento en nuestro equipo que diga: “Somos perfectos, podemos convertirnos en campeones del mundo”. Sabemos que podemos hacerlo mejor, que nos gustaría hacerlo mejor. Esta es ahora nuestra hoja de ruta para lograr cosas realmente grandes», valora el británico, que se incorporó al equipo el 1 de octubre y tomará progresivamente el relevo de Martin Whitmarsh.
«Asumiré su papel y en este momento seguimos trabajando codo con codo. Le respeto muchísimo. Ha hecho un gran trabajo, la nueva fábrica es impresionante y el túnel de viento es realmente bueno. Espero construir sobre lo que se creó bajo su dirección y tratar de sacar lo mejor», concluye con un mensaje de esperanza.