Pocas decisiones han sido más injustas en los últimos tiempos de la Liga que la destitución de Vicente Moreno en el Espanyol en mayo de 2022. El técnico de Massanassa, de 50 años, no pudo ni siquiera concluir su segunda temporada en el cuadro perico. Existía una cláusula que reducía la indemnización si el despido se producía antes del final de Liga y Chen Yansheng aplicó la guillotina sin miramientos.
El preparador valenciano abandonó Cornellà con la conciencia tranquila y el deber cumplido: un ascenso y una permanencia, ambos objetivos logrados sin el menor sufrimiento. Ahora dirige a Osasuna junto a su inseparable Dani Pendín y este sábado (14.00 horas) retorna por primera vez a Cornellá desde su adiós. Le espera el Espanyol de Manolo González, que también vive momentos duros.
Ascenso, salvación y guillotina
La historia de Vicente Moreno en el Espanyol empezó en el verano de 2020 tras una complicada salida del Mallorca. Fue el encargado de pilotar la aventura perica por Segunda tras el descenso en la miniliga del covid. Fue campeón de la categoría y selló un regreso a Primera por la puerta grande, corroborado cinco jornadas antes del cierre del torneo.
En su segundo curso tampoco defraudó, al menos en cuanto a resultados. A 7 jornadas del final, en el mes de abril, el Espanyol ya estaba virtualmente salvado tras un triunfo ante el Celta (1-0). El equipo perico tenía la permanencia en el saco con una antelación totalmente inimaginable a estas alturas. Esa fue su perdición. El bloque se confió, la relación con el vestuario se enturbió y encadenó cinco jornadas sin ganar (1 punto de 15).
«Entrenar al Espanyol es una de las mejores cosas que me han pasado. Fueron dos años fantásticos»
La afición, siempre exigente y a veces injusta, estaba desencantada con el juego y Chen no titubeó. La permanencia ya era matemática a dos jornadas del final y los pericos preparaban una protesta para reclamar medidas antes del duelo de la jornada 37 contra el Valencia. Vicente Moreno ya no llegó a esa cita. La reestructuración iniciada con el despido del CEO José María Durán continuó con la salida de Rufete como director deportivo y Moreno como técnico.
Experiencia en Arabia
«Era un proyecto de tres años y estábamos logrando los objetivos. Conseguimos la permanencia de forma tan clara que quizá se le quitó valor. Todo tiene un inicio y un fin. Hay que aceptarlo», reflexionó el entrenador, siempre educado y respetuoso, en el día de su adiós. «Entrenar al Espanyol es una de las mejores cosas que me han pasado. Fueron dos años fantásticos», dijo esta semana en la COPE.
Su ida era dar «un salto de calidad» en una tercera campaña que nunca tuvo lugar. El tiempo acabó confirmando que su marcha fue un error mayúsculo. Al año siguiente, el equipo volvió a bajar en un proyecto iniciado por Diego Martínez y continuado por Luis García. Vicente se marchó al Al-Shabab de Arabia, donde desarrolló su primera aventura en el extranjero. Ya en septiembre fue nombrado entrenador del mes y acabó cuarto en la Liga.
Relevo de Arrasate
El Almería fue su siguiente destino, pero solo sumó dos puntos en siete jornadas y se convirtió en el segundo entrenador destituido del curso pasado tras Quique Setién en el Villarreal. El jeque Al-Sheikh no tuvo paciencia. Este sábado se mide con el Espanyol al frente de Osasuna. El club navarro confió en él como relevo de Jagoba Arrasate, que firmó por el Mallorca.
No era una empresa fácil, pero el bloque rojillo está en la zona media-alta de la tabla y amenaza con hundir a un Espanyol en una situación volcánica, nada que sorprenda a Vicente Moreno. El ambiente estaba «enrarecido», como él mismo lo definió, en su etapa final y no ha ido a mejor. La cúpula sigue en manos de Chen y Manolo González puede ser el siguiente en la lista de damnificados.