Ashafar, rapero neerlandés de padres marroquís, no podía hilar más fino cuando el pasado viernes 25 de octubre, víspera de El Clásico en el Bernabéu, publicó un himno juvenil dedicado a Lamine Yamal, ese chaval que luce una desacomplejada y deslumbrante sonrisa azulgrana a través de unos ‘brackets’ que no pueden esconder su edad. «Este tío es increíble con 17 años… ¡Tenía 16 cuando jugó la Eurocopa! Debutó con 15… ¡Y ya me convertí en un fan suyo!», exclama el artista, «un gran seguidor del Barça», en conversación con este diario días después de la publicación de ‘Lamine Yamal (mocro funk)’, primera canción que trasciende en honor al precoz talento de Rocafonda (Mataró). Datos del jugador a partir de ese momento: un 0-4 contra el Madrid con gol el sábado 26 y, ya con esmoquin en París el lunes 28, un trofeo Kopa que le reconoció como el mejor jugador joven del mundo. Por algo el tema, totalmente en neerlandés, empieza así: «Soy la estrella de mi club, Lamine». Datos de la pieza: en una semana el videoclip, que cuenta con la presencia del propio futbolista así como familiares y amigos, suma 150.000 reproducciones en Youtube. Repetimos, la canción es en neerlandés.
A Lamine Yamal y a Ashafar les une sus orígenes, ya que como tantos otros jóvenes europeos tienen sus raíces en otros continentes. Se conocieron hace un par de años, antes de que el futbolista debutase en el primer equipo, y mantuvieron el contacto a través de Instagram. «Soy fan del Barça, soy de Marruecos, Lamine Yamal es mitad marroquí, y los marroquís tenemos buena conexión…», cuenta Ashafar, que ha tejido complicidades con artistas de por aquí -Morad y Beny Jr- por la misma razón.
La historia, sin embargo, empezó con dos de los rostros que uno más puede observar al lado del futbolista, a excepción de su padre o su hermano pequeño bailongo, claro. Son su primo Moha y su mejor amigo, Sohaib, con quien Ashafar -nada menos que 1,3 millones de oyentes en Spotify- entabló una relación de amistad. «He venido tres veces a Barcelona para ver un partido y a visitar su barrio, el ‘304’ [código postal de Rocafonda]. Y ellos han venido a Ámsterdam», explica el rapero, de 26 años. «Y un día les dije de broma que tenía que hacer una canción de Lamine y ellos me respondieron: ‘¿por qué no? Podría estar duro’. Y fui al estudio y un par de días después estaba ‘online'», comparte.
Ashafar, que dice, citando nombres como Messi, Iniesta, Xavi y Luis Suárez, que «en la mejor época del Barça veía todos los partidos», aprovechó una de sus visitas para rodar el videoclip -gran parte en Rocafonda- de un tema que imaginó como una pieza «divertida» y que tiene un ritmo y un estribillo pegadizo a pesar de la dificultad del idioma. «Ese lateral izquierdo no tiene descanso, Lamine», proclama Ashafar, que cuenta que le fue fácil inspirarse en el jugador. «Es un gran talento con un gran futuro por delante, creo que puede ser el mejor jugador del mundo». La canción, por la aparición del propio futbolista, tiene un estatus de oficial o, al menos, de autorizada. Pero ¿qué pensó él? «No se lo esperaba. Escuchó la canción y le gustó mucho, estaba muy contento».
Ashafar, que en ralidad es Zakaria Abouazzaoui, incide también en la importancia de Lamine Yamal como referente en el terreno de juego y más allá. «Seguramente seamos uno de los países más talentosos del mundo», comenta, orgulloso, sobre Marruecos tras citar el hito de las semifinales de su selección en el pasado Mundial. «Juega para España pero lo vemos también como un chico marroquí. Es muy importante para los niños de Marruecos y de Europa verle brillar y que puedan pensar: ‘nosotros también podemos'».
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