Lamine Yamal es decisivo. Habrá que convenir que el más joven de la plantilla es el más relevante del equipo. El extremo volvía al once inicial y el Barça volvía a ganar. Todo al mismo tiempo. Los resultados no acompañaron al Barça en las ausencias del juvenil del once titular (ninguna victoria en cuatro partidos) y, en su regreso, se atajó la mala racha. Lamine Yamal forzó el penalti del 1-2, dio la asistencia del 1-3 y creó el 1-4. El beneficiario fue el mismo: Raphinha, que ya suma 11 goles en la Liga (16 en total). El delantero más fiable después de Lewandowski.
Mensaje a Lewandowski
Quedó claro que Flick acabó disgustado de la derrota con el Las Palmas. A la necesidad de aplicar rotaciones tres días después del partido para refrescar la alineación se añadía su voluntad de reactivar la ambición colectiva. Las entradas de Casadó y Lamine Yamal se esperaban por ser ambos titulares indiscutibles, así como la de Dani Olmo si estaba al cien por cien. Improbable era la inclusión de Ferran Torres, menos aún para relevar a Lewandowski.
Fue llamativa la primera suplencia del polaco porque se producía después de 20 partidos. «Robert ha jugado muchos, muchos minutos. Es necesario que descanse, creo que va a ser bueno para él», adujo Flick. No es incombustible, vino a decir del polaco. Ni insustituible, quiso decir el equipo.
Concentración y eficacia
La casualidad quiso que la última vez que Lewandowski se puso el chándal de suplente fue el 8 de marzo, frente al Mallorca. En Montjuïc, pero también había estado en el banquillo de Son Moix. Ferran, titular por sexta vez, la primera desde que se lesionara en Vitoria, iba a vigorizar el ataque.
Marcó Ferran el gol de la nada. «Concentración en el juego y eficacia en las oportunidades», había reclamado Flick para corregir el mal partido ante el Las Palmas, y el delantero sacó provecho de una jugada que no existía. De una acción en la que los defensas del Mallorca se enredaron entre sí y entregaron el balón a Ferran, que andaba por allí. No rechazó el regalo para que su segundo gol en la Liga adelantara al Barça.
Al séptimo afinó
Pero la concentración y la eficacia decayeron. Desaprovechó Ferran las siguientes ocasiones, y Lamine Yamal y Raphinha, y el Mallorca siguió vivo. Aunque iba cayendo constantemente en fuera de juego con la adelantada línea del Barça (14 veces ha repetido Flick el mismo cuarteto en 21 partidos): uno, dos, tres… Al séptimo intento, sin embargo, Maffeo anduvo más astuto al chillar a Samu Costa que no tocara el balón porque ya se colaba él para romperla, a la espalda de Iñigo, y servir el gol en bandeja a Muriqi.
Era la primera gran ocasión granate. Cuatro tuvo el once azulgrana antes del descanso y el resultado estaba igualado. Jaboga Arrasate tal vez hubiera reclamado a los suyos «concentración y eficacia». Lo que sí dijo fue reconocer la dificultad que supone enfrentarse a ese tipo de defensa: «Es la primera vez que me pasa en el fútbol que te salgan así en manada para hacer el fuera de juego. Lo tienen muy bien estudiado».
«Es la primera vez que me pasa en el fútbol que te salgan así en manada para hacer el fuera de juego. Lo tienen muy bien estudiado»
Apretados por las tarjetas
Pau Cubarsí fue amonestado en el minuto 3 y Casadó, en el 23. Ese lastre en las botas arrastraron los jóvenes futbolistas, cuyas posiciones les exponen a tener que forzar faltas. No faltó la cada vez más exagerada simulación que hacen los futbolistas. Sánchez y Maffeo obtuvieron su propósito. Desde el banquillo barcelonista pedían «cabeza» a los dos canteranos. No la perdieron. Ni Pedri, en una posición exigida como ellos, que la vio por agarrar a Darder para evitar un contraataque.
Gil Manzano, en cambio, no vio una imprecación y un cabezazo de Mojica a su compañero Morlanes tras la acción del penalti que desembocó en el 1-2. El VAR (Iglesias Villanueva) tampoco quiso avisarle. Por la tele expulsaron a Muriqi por una peineta a un rival hace dos jornadas.
La asistencia que no suma
Olmo agitó el ataque azulgrana con su regreso. Era su sexta titularidad, como la de Ferran, pero en su caso las ausencias se deben a las frecuentes molestias físicas que sufre. Los dos fueron sustituidos en el mismo momento para preservarles.
Flick devolvió a Olmo a la franja central del ataque, donde brilla más. Nadie como él sabe buscar y gestionar los espacios. Encontró el lugar donde ningún mallorquinista se sentía impelido a cuidar de vigilarle. Y en esa zona indeterminada, lejos de las minas, se giró y lanzó a Lamine Yamal en carrera. Una asistencia que no suma, aunque terminara en gol. Medió un penalti, pero no restó valor a la genialidad del egarense. Devolvió la ventaja al marcador del Barça y abrió el inesperado desfile hacia la quinta goleada con cinco tantos. Más otra con siete.