A estas alturas, uno podría esperar que la típica noticia que salta de vez en cuando anunciando que un deportista se ha convertido en el mejor pagado del mundo, o que ha firmado el mayor contrato, llegaría de Arabia Saudí. Pero no, lo petrodólares todavía no han llegado a romper esa barrera, al menos en cuanto a las cantidades totales se refiere. Y no lo han hecho porque en Estados Unidos se sigue estilando otra forma de hacer las cosas que mantiene el pulso lucrativo a la hora de contratar estrellas, sobre todo en deportes en los que no tiene competencia.
Más en especifico, el béisbol ha emergido como el deporte que ha arrebatado al fútbol americano ese honor, haciendo uso de una característica especial que se lo permite. De los 10 contratos de mayor valor cuantitativo en el deporte, cuatro han sido firmados por jugadores y equipos de la Major League Baseball (MLB). Y más cuantioso le pertenece desde este domingo al dominicano Juan Soto, que rompió el récord del japonés Shohei Ohtani, uno de sus rivales en la liga estadounidense, al romper con los Yankees y firmar con su gran rival New York Mets un contrato es de 765 millones de dólares por 15 años, y que incluye cláusulas que pueden elevar el total hasta los 805.
Lo son porque, a diferencia de otras grandes ligas y deportes, en el beísbol no hay límite de años con los contratos que se firman. Soto, por ejemplo, tiene 26 años y ha unido su destino con el de los Mets hasta los 41, aunque la firma también incluye cláusulas de posible vencimiento anticipado. Su duración supera el de 14 años (y 340 millones de dólares) que Fernando Tatis Jr. rubricó con San Diego hasta 2034.
Son por tanto, muy lucrativos, pero se quedan lejos también de los de otros deportes si hablamos de cifras al año. Ahí el truco. El contrato de Soto contabilizará por 51 millones de dólares anuales a los efectos de límites salariales y otras reglamentaciones de la MLB. Por comparar, según las cifras que se manejan, Lionel Messi, tercero en la lista de contratos más lucrativos de la historia, firmó un contrato de cuatro años y 674 millones (168.5 al año) en su día con el FC Barcelona, en un contrato megamillonario que se conoció tras varias filtraciones.
¿Por qué el beísbol puede pagar tanto?
Cristiano Ronaldo, cuarto por su parte, firmó por 536 millones por apenas dos años y medio, siendo el que más percibe por una única temporada (214,4). Muy por encima, por tanto, del impacto que suponen las grandes cifras del béisbol, que solo ganan en la totalidad de los contratos.
Aún así, soprende que un deporte sin apenas trascendencia más allá de las fronteras de Estados Unidos pueda asumir semejantes cantidades. En primer lugar, esto está facilitado por el hecho de que en la MLB no existe la limitación de contratos por duración ni por cantidad. Una franquicia puede hacer la ficha de su jugador para los años y con el dinero que quiera, algo que no sucede en la NBA donde el límite son seis años o en la NFL que tiene un límite salarial muy restrictivo. También pasa en nuestro fútbol o en otros deportes.
En béisbol existe un tope a gastar por cada equipo en la confección de su plantilla, aunque en la práctica éste se supera pagando una pequeña multa que apenas hace cosquillas a las franquicias (en 2016 los New York Yankees encadenaron 14 temporadas superando el impuesto de lujo), poseídas por multimillarios que otra cosa no, pero dinero tienen a expuertas.
Límites salariales que no son tales
Y más desde hace un par de años. El acuerdo laboral de marzo de 2022 estableció las reglas de la industria del béisbol hasta 2026. En él se incluía una ampliación del formato de los playoffs, lo que se traducía en más dinero en ingresos de televisión para los propietarios, y además permitió la aparición de publicidad en uniformes y cascos por primera vez en la historia de la liga.
Además, el umbral del impuesto de lujo aumentó a 244 millones de dólares por plantilla en la última temporada, lo que dio aún más margen para que ciertas superestrellas de unas plantillas que conforman entre 25 y 28 jugadores pudieran acceder a esos supercontratos. Eso sí, la mayoría de jugadores está, lógicamente, muy por debajo.
A finales de 2021 finalizaron los contratos con las tres compañías televisivas y la renovación de los derechos supuso unos ingresos anuales para la competición de 1.760 millones de dólares anuales a repartir entre los 30 equipos que conforman la liga, lo que suponía un aumento de alrededor de 250 millones de dólares respecto al anterior contrato. Por poner en contexto, LaLiga española de fútbol consiguió vender sus derechos por 4.950 millones de euros en los cinco próximos años. Más madera a repartir en un deporte que, al contrario de lo que pudiera pensarse fuera, en Estados Unidos es religión. Y que se paga como tal.