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Rafael Louzán fue elegido este lunes nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), al menos hasta el próximo 5 de febrero. Esta última circunstancia era la sensación generalizada que se respiraba en el ambiente en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, donde se escenificó su elección en una asamblea que en realidad vino a ser la ‘primera vuelta’ de unas elecciones que aún tendrán que celebrar otra ‘segunda vuelta’ si el Supremo desestima el recurso del expresidente de la Diputación de Pontevedra. Louzán, político del Partido Popular gallego, fue condenado por un delito de prevaricación, tras pagar dos veces un campo de hierba artificial subvencionado por el ente provincial.
Los asambleístas cierran filas obedientes
Salvo el propio Louzán, pocos de los presentes apuestan porque el Supremo rectifique la condena ya existente. Y eso explicaba bastante de lo ocurrido durante la mañana de este lunes en la sede federativa. La jornada empezó sobre las 11 de la mañana, cuando comenzaron a desembarcar en Las Rozas los asambleístas. Entre ellos, los internacionales Dani Carvajal, Unai Simón y Álex Baena, que llegaron los últimos y se marcharon los primeros, entrando por puerta opuesta a la prensa, de la que se mantuvieron siempre prudentemente alejados. Dicho esto, los tres acudieron cerrando filas ante la llamada de su ‘jefe’, David Aganzo, el presidente de la Asociación Española de Futbolistas (AFE).
Dani Carvajal y Unai Simón, durante la asamblea de la RFEF. / RFEF
A las 12:30 se cerró la segunda convocatoria para los asambleístas, arrancando con ello el acto. Para entonces el extremeño Sergio Merchán, tercera candidatura y hombre de paja de Louzán, ya había retirado su alternativa para no interferir en la votación. También se conoció que Ana Ballesteros, la presidenta de la Comisión Electoral, se negó a retransmitir por ‘streaming’ la asamblea, ofreciéndose a los periodistas presentes por circuito cerrado en una sala contigua en la que ni siquiera había enchufes para conectar los ordenadores. Las previsiones de voto advertían que Louzán andaría entre 90 y 100, mientras Gomar rondaría la cuarentena. Cuando la mesa electoral concluyó el conteo de votos, que le llevó 23 minutos, los resultados ‘clavaban’ los pronósticos: 90 para Louzán, 43 para Gomar, 4 en blanco y uno nulo. A estos últimos se sumaban la baja de tres asambleístas (el entrenador del Oviedo, Javi Calleja, y los futbolistas Pedro Alcalá, capitán del Cartagena, y Toni Lato, del Mallorca). Por lo que había diez votos fuera de la órbita de los candidatos. AFE abrió su caladero de votos a Louzán (aproximadamente una veintena) y ahí se desequilibró la balanza a favor del gallego. Lo esperado.
Los abrazos a Tebas y Merchán
Hecho público el resultado, Louzán comenzó a repartir abrazos empezando por sus más allegados, su núcleo duro, para luego hacer lo propio con la presidenta de la Gestora, Yaye, y los representantes de FIFA, el gallego Emilio García Silvero, y UEFA, Thierry Favre. Después se fundió en un abrazo más largo y sentido con el extremeño Merchán, su hombre de paja. Abrazo al que siguió otro más sobrio y revelador, tras desplazarse hasta la segunda fila, con Javier Tebas, presidente de LaLiga, con cuya venia contaba.
Louzán se sentó junto a la comisión electoral para presidir la elección de la Comisión Delegada, en la que no hubo sorpresas. Y solo después arrancó su discurso de agradecimiento en el que se emocionó al hablar de su familia. Un discurso cargado de agradecimientos, entre los que llamó la atención el que hizo a los juristas de la Federación: «Quiero agradecer al magnífico plantel de trabajadores de esta entidad el trabajo y el esfuerzo realizado en este tiempo tan convulso. Especialmente a quienes trabajan en el área jurídica como Joan, Miguel…”. Algo que no parece casual teniendo en cuenta su condena por prevaricación, pese a la cual se ha podido presentar a la candidatura contra la voluntad del Gobierno, al tener recurrido en el Supremo esa sentencia. Ni una palabra para Gomar, su rival en las urnas.
Oficializada la elección comenzaron a desfilar para rendirle pleitesía quienes le habían convertido en sucesor de Rocha. El primero, sin voto, pero con más poder que todos los asambleístas, Javier Tebas, quien dejó dos mensajes que confirmaban su connivencia con Louzán. «Ha ganado el mejor candidato», respondió al ser preguntado por la derrota de Gomar. Y luego mandó un torpedo a la línea de flotación del Gobierno: «Del Gobierno me preocupa todo, desde hace tiempo. Espero que no utilicen organismos teóricamente independientes para cambiar la decisión democrática de la Asamblea».
El siguiente en pasar por la improvisada y caótica zona mixta que se habilitó entre los platos de jamón que se despachaban para saciar el hambre de los asambleístas fue David Aganzo, el presidente de los futbolistas. Quien sin pudor alguno se postuló para la junta directiva de la nueva federación: «Creo que tenemos que aparecer y sería una pena no estar en la Junta Directiva». Además de pedir la “presunción de inocencia» para Louzán hasta que se confirme su delito de prevaricación. En realidad, confirmado está, lo que falta es que atiendan su último recurso.
El presidente de LaLiga, Javier Tebashace unas declaraciones tras la elección de Rafael Louzán como nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). / EFE
El tercer actor que celebró efusivamente la designación de Louzán fue Miguel Galán, ‘Querellator’, hasta hace unas semanas «el azote de la corrupción federativa». Sin embargo, esta vez le ha interesado más asegurar su business que preocuparse por la ejemplaridad de la RFEF. Algo que él mismo deslizaba en redes sociales, «Enhorabuena a Rafael Louzán por su elección como presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Gracias a nuestro acuerdo, pudo presentarse y evitar la impugnación de su candidatura, a pesar de las presiones a las que me sometió el gobierno durante la negociación con llamadas constantes del CSD. Estaré vigilante para asegurar que se cumplan los acuerdos en beneficio de los entrenadores y entrenadoras de fútbol de España con título académico».
Así que lo que vigilará Galán a partir de ahora será que Louzán cumpla su promesa de validar las licencias de los entrenadores formados en escuelas privadas como la suya, fuera del paraguas federativo y gubernamental. Aquí encaja como anillo al dedo aquella frase de Tony Soprano justificándose en cierta ocasión: «¡Dirijo un negocio, no un p*** concurso de popularidad!».
Pasadas ampliamente las tres de la tarde, Louzán acudió a la zona mixta, o lo que quiera que fuese aquello, a atender a los medios, contestando a cuatro preguntas. Cuatro, literal. Pero antes, y ante el revuelo de prensa, con varios periodistas arrodillados para permitir a las cámaras poder grabar, apuntó con retranca gallega: «Es la primera vez que tengo a los periodistas de rodillas ante mí». Broma de gusto dudoso que luego quiso arreglar apuntando con diligencia: «A partir de hora buscaremos una zona mejor ubicada para los periodistas y no habrá zonas acotadas, como esta vez».
Gomar necesita 27 votos
Sin embargo, más interesante que lo que dijo Louzán fue lo que ocurría en la terraza del salón Luis Aragonés, donde Salvador Gomar recogía el calor de los suyos. Más concretamente de valencianos y andaluces. Gomar no era ni mucho menos el perdedor, porque cumplió lo esperado. Cuando se supo que Louzán iba a presentar su candidatura, el valenciano prefirió quedarse a la sombra y no presentarse, para no gastar una bala. Su plan era esperar a febrero, al fallo del Supremo, para salir en tromba y presentarse, además, como el candidato con el favor del Gobierno. Pero ocurrió que Louzán fue más hábil y, ante la maniobra en la sombra de Gomar, armó una segunda candidatura con un hombre de paja, el extremeño Sergio Merchán, que, en caso de inhabilitación, asumirá la presidencia interina en la Federación para recoger todo el trabajo hecho y mantener el poder.
Esto último obligó a Gomar a tener que posicionarse, aun sin tener posibilidades reales en esta ‘primera’ votación. El valenciano da por hecho, como muchos asambleístas, entre ellos varios votantes de Louzán, que el 5 de febrero terminará la efímera presidencia del gallego. Por eso ayer a las 14.30 de la tarde arrancó la ‘segunda vuelta’ de estas elecciones y ya todos trabajan para recabar votos de los asambleístas para la próxima elección, que podría ser en marzo o abril. La quinta en un año. Y hay una cosa clara: Merchán no es Louzán. Algo que Gomar sabe y por lo que sabe que el órdago lo tiene que dar después del 5 de febrero. Y ahí ya hay muchos que tienen las cartas marcadas, como la AFE y su veintena de apoyos. Gomar logró 43 votos y necesita cambiar 27 para llegar a los 70 necesarios con lo que revertir lo ocurrido ayer si el Supremo confirma la inhabilitación del gallego. Hay partido.
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