Hansi Flick no sabe lo que es dirigir al equipo desde la grada y Marcus Sorg sí sabe lo que es mandar al equipo desde el césped. El primer entrenador del Barça cumplirá el primero de los dos partidos de sanción en alguna cabina de Montjuïc, con sus asistentes, sin poder comunicarse con el banquillo ni la plantilla desde que se marchen del hotel. El segundo entrenador del Barça se estrenará ante el Leganés (21 h.) ejerciendo de jefe dentro del área técnica -ojalá no se le ocurra traspasar las líneas para evitar un castigo similar-, en una función que no es nueva para él.
Marcus Sorg, 58 años, nacido el día de Nochebuena de 1965 en Ulm, Alemania, ingeniero por estudios, entrenador por vocación, asumió antes la máxima responsabilidad de un equipo. Eventualmente, como esta vez en Barcelona.
Al frente de la selección
Sorg sustituyó a Joachim Löw en la selección germana por un accidente del técnico titular que le impidió preparar y dirigir a la Nationalmannschaft en dos partidos de clasificación para la Eurocopa de 2020. La Alemania de Sorg ganó a Bielorrusia en Borisov (0-2) y goleó a Estonia en Mainz (8-0) en junio de 2019. Cinco años más tarde, tomará decisiones frente al Leganés y el Atlético de Madrid, el paréntesis de castigo que encarcelará a Flick en una cabina de Montjuïc.
“No me veo en el papel de seleccionador nacional. La atención se centra en mi trabajo normal como entrenador asistente”, dijo Sorg en Venlo (Países Bajos) cuando debió acudir a las ruedas de prensa por la ausencia de Löw. Afirmó entonces a la prensa de su país que no sentía ningún vértigo: “Básicamente es lo mismo que trabajar con otros equipos. La única diferencia es que estás tratando con los mejores futbolistas del mundo”. Pasada la experiencia, regresó encantado a la sombra. “No necesito el estatus de celebridad”, dijo al Hamburger Abendblatt. Hasta hoy, cuando las cámaras le retraten en la banda de Montjuïc. Los teleobjetivos ya le buscaban en el entrenamiento en la ciudad deportiva.
«Con Marcus Sorg tenemos un entrenador de pura sangre», dijo Oliver Bierhoff cuando sustituyó a Joachim Löw. Alemania le dio la selección a Flick, que le mantuvo de ayudante
Campeón europeo sub-19
Löw avalaba la candidatura de Sorg como su sucesor, juntamente con Stefan Kuntz, otro asistente. Oliver Bierhoff, entonces director deportivo de la federación alemana, afirmó: «Con Marcus Sorg tenemos un entrenador de pura sangre que ha contribuido a la recuperación en las últimas semanas». Ya había sido el seleccionador sub-19 y campeón de Europa en 2014 con las promesas de aquella época, Joshua Kimmich entre ellas. El ilerdense Xavier Estrada Fernández pitó la final. La federación alemana, sin embargo, escogió a Flick como seleccionador, quien mantuvo a Sorg a su lado. Y lo ha mantenido en su aventura barcelonista.
“Marcus es un entrenador con mucha experiencia. Sabe mucho de fútbol, creo totalmente en él, cuenta con mi confianza y tiene la calidad para gestionar esto”
Vuelve Araujo
“Marcus es un entrenador con mucha experiencia. Sabe mucho de fútbol, creo totalmente en él, cuenta con mi confianza y tiene la calidad para gestionar esto”, explicó Flick, más dolido por haber sido castigado que por tener que relegar su función en uno de sus compañeros y a quien conoció cuando ambos trabajaban en el departamento técnico de la federación.
Hoy, antes de salir del hotel, dictará la alineación y cederá la dirección del partido a Sorg. Flick anunció la reaparición de Ronald Araujo, que debutaría después de seis meses lesionado y dejó en el aire la de Ansu Fati, que ya se entrenó con el grupo. Barruntaba el técnico la idea de introducir un par de cambios para refrescar el once titular que ha repetido en los dos últimos partidos.
Acatar y jugar mejor
Cinco días después, aún le dolía el castigo por la tarjeta roja que le enseñó Muniz Ruiz. «Mi reacción no fue tan exagerada», decía de la sanción de dos partidos. Le parecía excesiva vistas las actuaciones de algunos de sus colegas dentro y fuera del área técnica.
«Es una liga diferente a la que estaba acostumbrado y ya me he llevado mi roja, dos partidos de sanción y lo acepto», admitía, antes de lanzar una reflexión: «Lo único que quiero es que los árbitros piten de la misma manera en todos los partidos y decidan lo mismo con todos los equipos, no solo con el Barça».
Entre el consejo y la orden
El sentimiento de Flick parecía anidar más en la sensación de haber sido un mal ejemplo para sus jugadores atendiendo al hecho que desde principios de temporada les exige un comportamiento correcto y que «no gasten energía” en los árbitros. «Siempre les digo que si pensamos que el árbitro no ha tomado una decisión correcta, tenemos que aceptarla y empezar a jugar mejor», explicó, entre el consejo y la orden.