En los inicios de los 2.000, Mark Fenwick y su socio Javier Iribarren decidieron llevar un paso más allá y adentrase con su firma de arquitectura en un mundo que les atraía y les suponía un reto mayúsculo. Y encontraron su oportunidad cuando el Espanyol abrió un concurso para encontrar a los arquitectos que se encargarían de diseñar su nuevo estadio. Huelga decir que fueron los elegidos, lo que les llevó de un plumazo a pasar de las oficinas, viviendas y centros comerciales a los campos de fútbol. Y el éxito fue inmediato, ya que el RCDE Stadium, estrenado en 2009, fue galardonado con premio Stadium Business Award, que le distinguía como el mejor estadio del mundo de 2010.
«Ganamos el Oscar con la primera película», recuerda Fenwick sobre el trabajo que les llevó a pasar de ser unos desconocidos en el mundo del fútbol a una referencia, incidiendo en que la propia UEFA lo catalogó como «un ejemplo de lo que debía ser la arquitectura deportiva en el futuro de los estadios». Desde ese momento, enfocaron gran parte de su negocio en el deporte, habiendo construído en los últimos 15 años en cuatro continentes y 16 países diferentes.
Portugal, Serbia, Albania, Marruecos, Argelia… son solo algunos de los territorios que recurrieron a sus servicios hasta que llegó su confirmación cuando recibieron el encargo de diseñar tres de los ocho estadios del Mundial de Qatar. Entre ellos estaba el Stadium 974, el primer caso de estadio desmontable y el más mediático del campeonato, que les puso definitivamente en el escaparate. «Buscamos siempre ser los primeros, pioneros», sostiene Fenwick, que en esta entrevista repasa la evolución de los grandes recintos deportivos en las últimas décadas, los problemas del Santiago Bernabéu y pone fecha al Nuevo Mestalla, del que son diseñadores.
Pregunta: Después de sacarse de la manga lo de construir un estadio desmontable…¿Quedan más cosas que inventar con los estadios?
Respuesta: Bueno, en Serbia es el último ejemplo de que sí que lo estamos consiguiéndolo, ¿no? Siempre intentamos hacer cosas muy impactantes o muy novedosas y el Estadio Nacional es el último ejemplo. Lo llaman el Estadio Jardín, que todas las fachadas son árboles y paisajismo… Llevamos cinco años allí, y las cosas van bien.
P: El mayor ejemplo fue el Mundial de Qatar
R: En aquel momento les apoyamos porque muchos arquitectos no pensaban que Qatar tuviera nada que hacer. Y la verdad es que nosotros apostamos por ellos al más alto nivel. Llegamos antes del Mundial porque fue un encargo de la Universidad de Qatar Foundation, ganamos un concurso para hacer el primer estadio, el Education City. Seguimos con el estadio Altumama, y al final acabamos construyendo tres de los ocho que se usaron en el Mundial, colaborando con arquitectos de allí, que eran una de sus peticiones.
P: Y después llegó el tercero, y el más rompedor…
R: Con ese nos la jugamos. En pleno concurso para optar a ser los elegidos pensamos que en Qatar no hacía falta otro estadio permanente. Porque al final, construir un estadio es costoso, pero aún más caro es mantenerlo. Y salimos con la idea de los contenedores y la estructura desmontable, lo que acabó siendo el estadio 974. Fue algo novedoso, y en nuestra oficina siempre buscamos hacer algo nunca hecho. Y se logró.
P: ¿Existe un escaparate mayor que un Mundial?
R: Una Copa del Mundo, es una plataforma… Claro, es un escaparate bestial. ¡ al mundo. Conseguimos hacernos ese hueco en el Mundial. Un estudio de 40 ó 50 personas compitiendo contra las grandes firmas de arquitectura del mundo deportivo. Siempre lo digo, fue un ‘hat-trick’ de estadios. El primer ‘hat-trick’ del Mundial lo marcamos nosotros. Para nosotros fue espectacular.
P: ¿Cuánto ha cambiado el concepto de los estadios desde que empezaron hace 20 años?
R: Mucho, ha sido un cambio radical. Antes eran sitios en los que se jugaba al fútbol y hoy en día, un estadio es un lugar que tiene usos diarios y en el que, de vez en cuando, se juega al fútbol. Un estadio tiene que tener una viabilidad económica, debe generar grandes recursos y dinero para los clubes, que es una cosa importante. Por ello hay un cambio muy importante en la estrategia del diseño de los estadios, muy volcado a que sean edificios económicamente viables, que generen una rentabilidad más allá del fútbol.
P: ¿Ha costado mucho que los clubes lo entendieran?
R: Aparte de diseñar, hemos tenido también que llevar a cabo una función didáctica. Antes nos costaba muchísimo convencerlos de que necesitaban estadios multifuncionales, y ahora, desde hace dos o tres años ya empiezan a pensarlo ellos también porque miran a su alrededor. Pero sigue siendo a veces un concepto difícil, porque sigue muy implantada la idea de que el estadio es para el fútbol. Y no, deben ser rentables y, además, tienen que aportar a la comunidad. Siempre lo digo, los estadios son las catedrales modernas. Son lugares son sociales, no solo áreas de culto.
P: La tendencia actual es la de llevar los estadios a las afueras de la ciudad. ¿Son viables los estadios dentro de las grandes ciudades?
R: Depende. Yo defiendo y apoyo los estadios urbanos, en lasciudades. Cuando lo llevas fuera, como es el caso del Atlético de Madrid, del Bayern en Múnich o de muchos más, te obliga a tener muchísimos aparcamientos y coches y, eso se traduce en atascos. Si el estadio está en la ciudad o cerca de una zona urbana, es mucho más accesible andando, el metro, los autobuses, y es mucho más sostenible. Y el uso diario de los restaurantes o de las áreas de tiendas, de museos, es más accesible si está dentro de la ciudad. Se ve mucho si comparamos el Bernabéu, todos esos extras tienen una afluencia diaria brutal, y en el Metropolitano no vas salvo cuando hay partido.
P: Ahora mismo el Bernabéu tiene otros problemas de sobra conocidos. ¿Se podían haber evitado?
R: El problema es el tema acústico. Lo que es cierto es que nosotros en un estadio, cuando estamos en la ciudad, lo que tenemos que hacer es que haya poca contaminación acústica y lumínica. Por eso los estadios están más cerrados. Es un proyecto importantísimo que se ha iniciado un poco con el pie malo, pero conozco que están buscando y gastando en resolverlo.
P: ¿Y tiene arreglo?
R: No sé si del todo, pero creo tiene un cierto arreglo y sé que lo están estudiando con gente muy seria. Van a implantar una serie de paneles acústicos que van a mitigar bastante el tema acústico. Sobre todo a la hora de tener conciertos si no es un Arena (pabellón totalmente cerrado). Porque con el fútbol no pasa, nadie se ha quejado nunca del fútbol. Creo que van a lograr resolverlo bastante bien, pero obviamente esto es una señal para otros proyectos en los que estamos de que hay que tener en cuenta el tema acústico desde el primer día.
P: ¿Falló la planificación o era difícil de prever?
R: Un poco de todo. El impacto ha sido más de lo que ellos esperaban y les ha sorprendido. Posiblemente hubo un poco de falta de previsión inicial y ahora están en ello, y yo creo que lo van a conseguir. Pero lo cierto es que un estadio no puede ser molesto ni crear disgustos en la comunidad en la que estás. Debe que ser amable con los vecinos, en nuestros proyectos es algo que es fundamental.
P: Otro proyecto sonado, y mucho, en España, ha sido el del Nuevo Mestalla y sus continuos retrasos. Un tema que os toca de cerca…
R: Ha sido un tema muy largo, hemos pasado por muchos presidentes. Pero la verdad es que ahora mismo con Lay Hoon estamos muy a gusto. La licencia ya está solicitada, está allí y ya podemos empezar y es de común conocimiento que para enero hay que empezar con la obra final. Por nuestra parte está todo encauzado y a la espera.