«Ha que reconocerlo, ya os lo había insinuado yo en las últimas carreras y lo mucho que os habías animado vosotros (en referencia a los periodistas españoles), pero, ahora sí, el título está imposible, ya no existe posibilidad alguna. Enea y yo fallamos en Mandalika y la lucha ya es solo cosa de dos», ha comentado este jueves Marc Márquez, de 31 años y ocho veces campeón del mundo de motociclismo, que, por ese mismo motivo, ha desaparecido de la conferencia de prensa ‘buena’, suele haber dos citas cada jueves de gran premio, debido a que, pese a ser aún cuarto del Mundial de pilotos de MotoGP, ya apenas tiene opciones reales de ser campeón.
Y Márquez aprovechó la ocasión para comentar que tiene su punto de lógica “ya que tanto yo como Bastianini, que éramos los que nos tratábamos de engancharnos a la lucha por el título, éramos los dos que no podíamos fallar nunca, pues un cero nos descartaba ya por esa pelea y, por una cosa u otra, los dos salimos de Indonesia sin más puntos y la diferencia ya es demasiado grande y el campeonato, en efecto, vuelve a ser cosa de dos, de Jorge (Martín) y ‘Pecco’ (Bagnaia)”.
Misión imposible
El líder del Gresini Racing Team Ducati reconoce que eso tiene su parte mala y su parte buena. “Es una pequeña depceción, aunque yo sabía y así lo dije siempre que era muy, muy, difícil poder pelear este año por el título, pues la diferencia con los dos aspirantes, que, además, siempre suelen ser los más rápidos en todos los circuitos, era grande y no era un mano a mano, sino que tenían que fallar los dos para poder tener opciones y, sobre todo, no fallar nosotros y, en Mandalika, tuvimos la mala suerte de que se rompió el motor, cosa muy, muy, extraña en la actual MotoGP”.
La parte buena es que puede ser trabajando de cara al 2025 con mayor tranquilidad. “Hemos dejado de ir a remolque de los de delante, salvando cositas en cada GP, pero, ahora, tengo la posibilidad de trabajar en mis puntos fuertes y, sobre todo, de cara al próximo año tratar de mejorar allí donde fallo con la Ducati, pues, en ese sentido, aún tenemos mucho trabajo por delante”.
Márquez, que ya está a 78 puntos de Martín, el líder del Mundial, comentó, sin saber demasiado, que Ducati está investigando la razón por la que se rompió el motor. “En todas las fábricas, cuando se rompe un motor, se encienden alertas, en todas, también nos ocurría en Honda y, especialmente, cuando se rompe de una manera que no se había roto hasta entonces. Lo están mirando, no sé. Supongo que si saben lo que ocurrió, puede que tomen decisiones al respecto en este final de Mundial”.
MM93, que concedió, en Motegi (Japón), el último podio a Honda y cree que la ‘Desmosedici’ también está preparada para poder pelear por el podio. “Mi moto frena muy bien y acelera muy bien y este es un cruzado que me gusta, de ‘stop ang go’, frenadas y aceleraciones, y espero hacer un buen fin de semana, aunque creo que la KTM aquí puede pelear, de nuevo, por el podio”.
Márquez recordó que es la primera vez que viaja y está en Motegi sin ser piloto de Honda, después de 13 años corriendo para la marca alada. “Siempre ha sido especial venir aquí, no solo por el gran premio, sino por los muchos eventos que he hecho aquí a lo largo de estos años, incluso con colegas de la F-1 y, sí, sientes una sensación especial. Luciré un casco diferente, pues Shoei es japonesa y, por tanto, sigue siendo para mí un GP especial, pero me he librado, sí, de los eventos del miércoles y jueves, ni visita a la fábrica, como antes”.
«David Alonso, que este fin de semana, a falta de cinco carreras, puede ganar el título de Moto3, me gusta mucho, me despierta talento y carisma, tiene esa sonrisa contagiosa, es inteligente y analiza muy bien las carreras encima de la moto. ¡Ojalá gane el título aquí!»
No es que la gente lo compare a él, que también, pero Márquez se vio obligado a hablar del nuevo fenómeno del motociclismo mundial, David Alonso, el español que corre bajo bandera colombiana y que este fin de semana, en Japón, tiene su primera pelota de partido, a falta de cinco grandes premios, para conquistar el título mundial de Moto3, tal vez con una nueva victoria.
“A mí, David me gusta mucho, me despierta talento y carisma. Es un piloto, siempre se le ha visto, muy educado, simpático, tiene esa sonrisa contagiosa, es veloz, muy veloz, estudia muy bien las carreras y que pueda ser campeón cuando aún faltan cinco grandes premios demuestra que no es fácil, no, ganar nueve carreras, o más, en un mismo año. Tener tantos comodines de margen le ayudará a disfrutarlo mucho mejor con su familia y equipo”.