Acabado el partido en Montilivi los jugadores del Espanyol (“somos los culpables”, clamó Javi Puado) se dirigieron hacia una esquina del estadio para mirar a los ojos de los aficionados pericos tras el 4-1 del Girona.
No tenían nada qué decir. Luego, apareció Fran Garagarza, el director deportivo del club blanquiazul, quien vivió unos momentos de tensión con esos mismos aficionados que le reclamaban a gritos la presencia de Chen, el dueño y propietario de la entidad.
De vuelta a Barcelona, tras la contundente derrota encajada en Montilivi, Garagarza se reunió con Manolo González, el técnico, y los capitanes de la plantilla en la ciudad deportiva Dani Jarque.
Cumbre de madrugada
Cita improvisada, y ya de madrugada, con la indignación, según avanzó ‘La Grada’, a la grada de animación (la Curva y la Juvenil) que pedían explicaciones por ese rotundo 4-1. Se reunieron todos para analizar tan dolorosa caída en Montilivi, que compromete el futuro del equipo. Y, por supuesto, de su entrenador, con la afición cada vez más inquieta porque el Espanyol es penúltimo en la Liga (10 puntos en 13 jornadas) sumando siete derrotas en las ocho últimas jornadas.
Ahí, en ese rincón de Montilivi, se había vivido antes la primera escena de la altísima tensión y la inmensa preocupación que sacude al Espanyol, incapaz de tener respuestas tácticas, físicas y hasta emocionales para frenar al devastador Girona que le marcó cuatro goles en apenas 27 minutos. «Yo, en persona, os pido disculpas», ha dicho Garagarza a los seguidores del Espanyol en un diálogo recogido por las cámaras de Esport 3.
«¿Dónde está Mao?», iban preguntando los aficionados en alusión a Mao Ye, el CEO del club blanquiazul. «Yo también tengo mi responsabilidad, por eso quiero hablar», ha añadido el director deportivo perico. «Asumo el partido que hemos hecho y pido perdón por la vergüenza que hemos vivido aquí».
«Dar la cara»
No se detuvo ahí Garagarza. «Tenemos que reflexionar sobre el partido de hoy. Debemos hacerlo para pensar en el próximo partido», ha indicado el ejecutivo recordando que «es consciente» de la dimensión que tiene el Espanyol. “Si no, no estaría dando la cara», ha subrayado el director deportivo del club blanquiazul.
«Estoy preocupado. Me sabe mal por la gente del Espanyol. Salgo jodido y tocado», ha reconocido Manolo González, el técnico del Espanyol. «Quiero pedir disculpas a la afición, aunque sé que las disculpas no valen para nada. Mañana me tengo que levantar y seguir adelante», ha contado antes de no querer detenerse en una posible destitución.
«Me sabe mal por la gente del Espanyol. Salgo jodido y tocado. Quiero pedir disculpas a la afición»
«No lo sé. No te puedo contestar. No es lo que más me preocupa. Lo que me preocupa es que el equipo vuelva a ganar. A mí no se me he pasado por la cabeza. Estas cosas no dependen de mí».
«Un desastre de partido»
Estaba abatido el entrenador del Espanyol. «El partido es un desastre. La gente no es ciega. El partido no se puede tapar. Me voy jodido y con mucha rabia dentro»; ha confesado un desconsolado Manolo González.
Y, curiosamente, antes de empezar el partido, Mao Ye, el máximo responsable ejecutivo del Espanyol, salía a defender al entrenador. «Es un entrenador de la casa, trabajador, que toca con los pies en el suelo y que tiene la confianza del club, afición y, sobre todo, del vestuario».
Pero 90 minutos más tarde llegó el 4-1 del Girona que medirá el verdadero valor de esas palabras del CEO perico.