Es tan evidente el bajón que ha experimentado su rendimiento que no tiene otro remedio que reconocerlo. Robert Lewandowski marcó 14 goles en las primeras 11 jornadas y solo 2 en las últimas 8. El pozo de petróleo se ha secado de repente.
«Me ha faltado tranquilidad en el área y confianza en mí mismo», confesaba el artillero polaco después del partido ante el Atlético, que tan bien retrató en 90 minutos el trastorno ciclotímico del Barça de toda la temporada. El equipo cuajó un partido brillante y lo perdió por horrorosos despistes defensivos.
El delantero demoledor que era Lewandowski cometió una pifia frente a Jan Oblak en una de las grandes ocasiones que tuvo. La otra voleó el balón a la cabeza de Witsel. Dos ocasiones que representan el autodiagnóstico del futbolista que compartió en Liga TV.
El delantero se siente parcialmente culpable del declive del equipo. No solo por ser el futbolista de mayor edad y por el relevante papel que se desempeña en el Barça, sino porque Flick le atribuye una responsabilidad mayor por la dilatada experiencia que posee y que contrasta tanto con la juventud del equipo.
Del más 10 al menos 3
Los delanteros como Lewandowski no se conforman con presumir de buenas actuaciones si en ellas no hay goles. De golpe ha entrado en una crisis que ha repercutido en el equipo.
Desde el doblete del Bernabéu, 26 de octubre, solo ha marcado en el campo del Celta y el del Betis, y en ambos casos, esos tantos sólo sirvieron para empatar. Y de aquella exhibición que disparó al Barça en la tabla, con 6 puntos de ventaja sobre el Madrid, 9 sobre el Villarreal (entonces tercero) y 10 sobre el Atlético, el equipo azulgrana solo ha ganado al Espanyol y al Mallorca, sumó los empates mencionados y ha perdido con la Real Sociedad y el Las Palmas, Leganés y Atlético en Montjuïc. Del liderato ha caído al tercer puesto, con 3 puntos menos que el Atlético y 2 menos que el Madrid y con un partido más disputado.
Una lección que aprender
«En los últimos dos o tres partidos hemos tenido grandes ocasiones que hemos fallado. Yo mismo he tenido la sensación de que me ha faltado un poco de tranquilidad en el área y quizás confianza en mí mismo», reconocía Lewandowski, en una autocrítica que hizo extensiva al grupo.
«En los últimos minutos, jugamos como si estuviéramos en una final y perdiéramos el partido y tuviéramos que marcar a toda costa. A veces tienes que saber que cuando quieres ganar pero no puedes, definitivamente no deberías perder el partido», lamentó, con la esperanza de que la amarga experiencia con el Atlético haya «servido de lección». Y se aprenda. Una lección según la cual «si no se puede ganar, no hay que perder».
No se conformaba Lewandowski con el buen fútbol del equipo. «Faltó el toque final», apuntó, que representa el aprovechar las oportunidades. El Barça conectó 19 disparos, y el Atlético solo 5. La falta de pericia determinó el desenlace del partido. Pedri fue el único acertante azulgrana, De Paul y Sorloth, los dos rojiblancos.
Se marchó Lewandowski de vacaciones con la convicción de que el equipo reanudará la competición «más fuerte» y «jugando mejor». Él aprovechará para descansar y airear la cabeza. A los 36 años, es el cuarto jugador en minutaje de la plantilla después de Iñigo, Koundé y Raphinha.
«Cuando los jugadores de cierta edad juegan cada tres días, creo que lo más importante es la preparación», explicaba al canal televisivo. Es algo que ha aprendido con el tiempo. Quizá varios de sus compañeros, por su juventud, todavía no. «A veces, la victoria se me quedaba en la cabeza, pero tenía que jugar dos o tres días después y en ocasiones me faltaba concentración», explicaba. No es el caso particular ahora de Lewandowski, sino el acierto.